La rica castaña, para templar los ánimos

Alrededor de cuatro hermosos fuegos, despedimos el otoño y entramos en el tiempo de invierno el pasado 31 de octubre. Unas 400 personas disfrutaron de la tradicional castañada que ofrece la parroquia a todos los feligreses, socios y viandantes. A pesar de que eran pequeñas por la falta de agua y caras por la escasez, todos disfrutamos de esta bonita actividad que, año tras año, nos invita al cambio de estación. Tuvimos buen tiempo y hay que destacar la colaboración de los jóvenes que alentaron el fuego, movieron y repartieron castañas y se mostraron en todo momento disponbiles. El fuego fue sin duda el protagonista de este acto y todos disfrutamos de la compañía alrededor de las brasas.

En evento tan singular, celebramos los 18 otoños de Laura, engalanada para la ocasión con bandas y globos.

Para finalizar, aprovechando las ascuas, fuimos sacando diferentes delicatesen del gorrino: su panceta, salchichas, pinchos, chorizos... bien regado, eso sí, con la queimada de nuestra querida Suni, y todo por aprovechar las brasas.