“Dejémonos transformar para renovar nuestra mente”

IV MARCHA PAVONIANA. VILLAVICENCIO, 1 MAYO 2014

Desde Vereda La Llanerita hasta la Vereda la Libertad.

“Dejémonos transformar para renovar nuestra mente”

Queridos amigos:

Hubo un hombre, el Beato Ludovico Pavoni, que escuchando la voz de Dios, rechazó los  placeres de este mundo y se dejó transformar por el Espíritu Divino para cumplir la voluntad de Dios, dedicando su vida al servicio de los niños y jóvenes pobres y abandonados. En el décimo aniversario de presencia de los religiosos pavonianos en Villavicencio, realizamos la 4° Marcha Pavoniana que este año tiene como lema: “Dejémonos transformar para renovar nuestra mente”. Es el mismo lema del Capítulo General de nuestra Congregación que tendrá lugar en Italia, el próximo verano. Pensamos que la mejor forma de celebrar nuestro décimo aniversario es precisamente evaluando lo que hemos realizado en estos diez años y dejándonos transformar por el espíritu de Cristo resucitado, discernir cuál es lo que Dios nos pide hoy a cada uno de nosotros para lanzarnos a transformar nuestra mente para renovar nuestra vida, nuestra iglesia y nuestro mundo.

“POR LO TANTO, OS EXHORTO, HERMANOS, POR LA MISERICORDIA DE DIOS”.

En este primer momento, el Apóstol nos invita a reconocer la gracia que Dios nos ha ofrecido en Jesucristo nuestro Señor y a ofrecer una respuesta gozosa a lo que Dios ha hecho y sigue haciendo por cada uno de nosotros. La mejor forma de ser agradecidos con Dios es comportándonos como verdaderos Hijos de Dios, confiando plenamente en Él, rompiendo con la mediocridad generalizada de nuestros estilos de vida y cumpliendo  su Santa Voluntad con alegría y responsabilidad. Decía Santa Teresa: “Amor con amor se paga”, es decir, que el amor tan grande que nos ha demostrado nuestro Dios, solamente es posible compensar con gestos de misericordia. Reconocer el amor que Dios nos tiene y agradecérselo con todo nuestro corazón es la mejor forma de ser sus testigos en nuestro mundo de hoy.

“NO OS AMOLDÉIS A ESTE MUNDO, SINO DEJAOS TRANSFORMAR”

En este segundo momento, el Apóstol San Pablo nos invita a iniciar un proceso continuo de progresiva santificación. Ese cambio no lo podemos hacer nosotros; solamente Dios lo puede llevar a cabo. Nosotros tan solo debemos ponernos en las manos de Dios como el barro se pone en las manos del alfarero. Los seres humanos siempre tenemos la tentación de dejarnos llevar por los falsos valores de nuestro mundo. San Pablo nos invita a no modelar nuestra vida según las culturas anticristianas de este mundo, sino a permitir ser modelados según la voluntad de Dios, hasta llegar a ser imágenes de Dios, en un proceso de configuración con Cristo (convertirnos en “otros Cristo”). La transformación interior del cristiano se produce cuando su mentalidad se ha renovado. El cristiano piensa las cosas del Espíritu y no las cosas del mundo, buscando la plena sinceridad de su fe, llevándola a su plena identidad, quitando todo lo que sólo es aparentemente fe, pero  que en realidad no es más que convención y costumbre. La verdadera fe se manifiesta en nuestras obras de amor y en el anuncio del Evangelio.

“PARA QUE SEPÁIS DISCERNIR CUAL ES LA VOLUNTAD DE DIOS”

En este tercer momento San Pablo nos invita a realizar un proceso de discernimiento  de lo que es bueno, agradable y perfecto a los ojos de Dios para nosotros mismos y para nuestra iglesia. Esto es posible solamente –como ya se ha dicho- si el creyente ha experimentado la transformación y la  renovación de su mente. Siguiendo los pasos del Divino Maestro, el alimento espiritual del creyente es “cumplir la voluntad de Dios Padre”, porque los cristianos no estamos bajo la ley del mundo  sino bajo la “ley de Cristo”.

 

“…Y al tercer día, resucitó”. Ojalá también nosotros después de meditar durante esta marcha sobre la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos, en esos tres momentos que hemos indicado, acojamos el espíritu de Hijos Resucitados, siguiendo el ejemplo de la Virgen Inmaculada, nuestra querida Madre, a la deseamos honrar de una forma especial en este mes de mayo que acabamos de comenzar.