"Jubileo de Esperanza"

CURSO DE VERANO 2025

“Jubileo de Esperanza”

“Dicen los viejos que…” este mundo va de mal en peor y, aparte la corruptela de los políticos, lo que más les preocupa es la actitud de los jóvenes: son auténticos “ni-ni”, ni trabajan ni estudian, solamente les interesa la fiesta, el disfrute, el computador y los celulares. “Y es imposible que así pueda haber gobierno que gobierne nada”.

Seguramente a los que ya tenemos una cierta edad algunas de esas cosas nos recuerdan nuestra juventud (Uhhh, ¡casi ni me acuerdo!). Sin embargo, queridos “viejos”, tanto los jóvenes de ayer como los de hoy, no son todos iguales y hay algunos (¡muchos!) que siguen soñando con un mundo mejor y son “sembradores de esperanza”.

Eso es lo que han hecho más de 20 chicos y chicas en el “Curso de Verano 2025”. Han vivido un “Jubileo de Esperanza”, repartiendo su tiempo y su alegría a los 120 niños y niñas que se han acercado durante 15 días a nuestro Albergue San José de Lagos de Moreno.

Los niños llegaban a las 9 a.m. y ya estaban los monitores esperándoles con la música sonando a todo volumen para bailar, con la tiendita dispuesta para ofrecerles el refrigerio, con los juegos preparados para las competiciones, con las manualidades y talleres bien dispuestos. Y así comenzando con la oración y la formación en la capilla, los niños iban disfrutando de las distintas actividades que esos jóvenes les habían preparado, hasta las 2 p.m. que venían a recogerles los papás. Después de la evaluación diaria dirigida por el hermano Julián (que aparte de coordinar el “Curso de verano” tuvo tiempo para realizar la “Síntesis de teología” de manera sobresaliente), la mayoría de los monitores se quedaban a comer con nosotros y aún tenían gasolina para seguir jugando y disfrutando entre ellos hasta las 5 o 6 de la tarde.

Y no solamente hay que subrayar las actividades realizadas magistralmente, sino también todos los gestos de amor que tuvieron con esos niños que a veces lloraban porque se caían, con los que se sentían solos o sin amigos, con los que estaban aburridos y hasta con los que eran demasiado alborotadores y cansones. Todos, absolutamente todos, recibieron el cariño y el cuidado de los jóvenes monitores.

Por eso el último día, en el que invitamos a todos los papás a la Ceremonia de clausura, las lágrimas y los abrazos llenaron todo nuestro deportivo. Y es que, parafraseando a Santa Teresa, el amor solamente se paga con amor. ¡Muchas felicitaciones, queridos monitores! Mucha fe, mucho amor y sobretodo, mucha esperanza, hemos repartido y hemos recibido en estos “días santos”. Ojalá muchos viejos, de los que se pasan el día lamentándose, se hubieran pasado por aquí.

Como información final, contarles que este año nos acompañó el hermano Bruno, que vino desde Atotonilco a colaborar y, desde el silencio, fue un testimonio de bondad, de fe y de servicio para los niños y los jóvenes. El último día nos acompañó también a “la Subida de nuestro padre Jesús”, junto con los tres niños del Albergue que participaron en el Curso de verano. Y unos días más tarde también llevó a los jóvenes monitores al paseo al Parque Acuático Santa Rita y se divirtió de lo lindo en la piscina de olas.  No podía faltar la visita a la Feria de Lagos que se celebra los quince primeros días de agosto. ¡Muchas gracias, hermano Bruno, por demostrarnos que la edad no importa si se tiene joven el corazón y la confianza puesta en Dios!