¡Qué bueno ha sido Dios conmigo!

112 participantes entre niños  y monitores. Una nueva experiencia educativa, de las que dejan huella. Repetía a los niños en las oraciones de la mañana que deben vivir en clave de agradecimiento. Si están aquí, es por Dios; si hoy han amanecido es por Dios; la siguiente respiración depende de Dios, solo de Él. Todo es pura misericordia... Por eso hemos vivido estos días en clave de agradecimiento. Talleres, oraciones, excursiones, Salamanca, chorros de agua, Alcalá, veladas nocturnas, noche de miedo, cine familiar, piscina.... Tantos gestos, tantas miradas, tantas sonrisas... Agradezco especialmente a los jóvenes que "se lo han currado" y nos han ayudado a todos a sentirnos un poco más pavonianos...

En clave de agradecimiento también quiero dirigirme a Dios. Han sido once campamentos sin ninguna incidencia seria y con un sinfín de bendiciones en cada uno de ellos. A partir de ahora todo cambiará: el lugar, los niños, los jóvenes, las dinámicas... Todo cambiará menos una cosa: Lo que Dios me ha amado, me ama  y me seguirá, a donde quiera que vaya, amando... ¡Gracias!