El Señor nos dice que no podemos quedarnos con los brazos cruzados.

Retiro juvenil pavoniano en Bogotá

 “USTEDES SON EL AHORA DE DIOS”

El pasado lunes 14 de junio, festivo en Colombia, los jóvenes “Unidos por Pavoni”, junto con algunos chicos de Confirmación, fuimos caminando hasta el parque El Tunal, que está a unas dos horas de distancia, para realizar el tercer Retiro juvenil pavoniano de este año 2021. Recorrimos el centro de la avenida Boyacá que es un espacio verde y, aunque el ruido y el humo de los carros siempre molestaban bastante, nos detuvimos a mitad del camino a hacer un momento de oración: Un joven leyó el pasaje del Éxodo 3, 1-22 donde se relata la vocación de Moisés y la posterior reflexión, tomada del papa Francisco, nos recordó que “El corazón de cada joven debe ser considerado Tierra sagrada, portador de semillas de vida divina, ante quien debemos descalzarnos para poder acercarnos y profundizar el misterio”. Después, el hermano Jesús nos invitó a realizar una bonita dinámica: nos repartió unas hojitas donde venía una sílaba de un color específico y seguidamente debíamos encontrar rápidamente a los compañeros que tenían el mismo color y juntar las sílabas armando palabras y frases. Lo que estaba escrito en esas frases eran algunas palabras del papa Francisco, tomadas del capítulo III de la exhortación apostólica “Christus Vivit”: “Encontrar caminos”, “Reconocer posibilidades”, “Alimentar semillas”, “Profundizar el misterio”. Frases lindas y misteriosas que nos hablan de la forma como debemos acercarnos a los jóvenes y que fuimos dialogando por el camino.

Al llegar al parque el Tunal, lo primero que hicimos fue dar un paseo en el Trasmicable, que es más bonito y más económico que ir a un parque de atracciones, y desde allí, a vista de pájaro, recorrimos todo el barrio Simón Bolívar, uno de los más pobres de nuestra ciudad. De todas las cosas hermosas que disfrutamos colgados de esos cables, a nuestro grupo nos llamó la atención un ojo gigantesco dibujado en una loma “¿será así el ojo de Dios que mira furioso a los que hacen daño a los jóvenes?, dialogamos, reímos, recochamos,… Fue genial.

El recorrido en el teleférico duró unos 40 minutos. Después, al llegar al parque, comenzó a llover y aprovechamos un pequeño tejadito del Centro Cultural y Deportivo para almorzar y descansar un poco. Luego, gracias a Dios, descampó un poco y echamos un buen partido de micro fútbol. Cerca de la cancha había un jardín con un hoyo bastante profundo que simulaba el brocal de un pozo. Allí fue donde tiramos los papeles donde estaban escritas todas cosas negativas que les pasan a los jóvenes hoy (drogadicción, alcoholismo, violencia, abandono,…). Debido al aguacero no pudimos quemarlos pero, como buenos ecologistas, los recogimos y los botamos a una caneca.

Parecía que El Mono, quería iluminar el horizonte, pero de nuevo arreció la lluvia y regresamos a nuestro refugio para reflexionar, en pequeños grupos, sobre cuatro “heridas” que les están doliendo de modo especial a los jóvenes de hoy y que el papa Francisco quiso resaltar en ese capítulo III de la Christus Vivit: La identidad de género, La migración, los abusos sexuales y el ambiente digital. Cuando descampó un poco, aprovechamos la ocasión y nos convertimos en “Periodistas del Papa” recorriendo por equipos todo el parque el Tunal y lanzando interrogantes a la gente que estaba por allí. Eran preguntas que habíamos elaborado previamente y estaban relacionadas con las heridas de los jóvenes. Las respuestas fueron de lo más variopintas y algunas aventuras contadas por los chicos nos hicieron reír un rato.

La problemática por la que atraviesan muchos jóvenes de nuestro mundo es muy dura, pero el Papa nos dice que no podemos perder la esperanza, que hay una salida y esa salida está en la fe en Cristo Jesús nuestro salvador. Él nunca nos va a dejar solos, nos va a mostrar el camino y siempre nos va a defender de tantas personas que quieren aprovecharse y pervertir a los jóvenes.

Sin embargo, el Señor también nos dice que no podemos quedarnos con los brazos cruzados esperando a que Él solucione todo, sino que nosotros, los jóvenes, somos “El Ahora de Dios”, somos sus manos, somos su voz,… y nos está pidiendo nuestra colaboración para construir juntos Su Reino.

El regreso a casa estaba previsto en colectiva, pero como aún continuaba el Paro nacional, algunos manifestantes quemaron dos buses públicos justo en el cruce de la Boyacá con la Caracas, zona de nuestra parroquia, y ambas vías estaban parcialmente cortadas, provocando unos trancones de cuidado. Nosotros logramos colarnos en una flota que iba hacia Cáqueza, y a la altura del barrio La Aurora, como ya no avanzábamos terreno en el bus, nos bajamos para hacer a pie los últimos 20 minutos.

Llegamos tarde a casa, cansados y calados hasta los huesos, pero al menos llegamos todos sanos y contentos de haber recibido una vez más la bendición de la Palabra de Dios y el cariño de nuestros compañeros de viaje. Ánimo jóvenes, opten por Jesús, opten por ser sus mensajeros: “Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero; los pies del mensajero que anuncia la paz, la salvación, la victoria. Proclama la Victoria”.

Un abrazo a todos.   


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