Jóvenes Saiano, amigos de los mismos, papás en su mayoría paraguayos y muchas ganas de pasar un buen rato en torno al padre Pavoni

Varios partidos de fútbol y ningún vencedor...  o, mejor dicho, todos vencedores (bueno, a decir verdad "la rama paraguaya" sabe tocar el balón. Lo importante era juntarnos, era vivir una tarde bonita de fútbol, de amistad. En torno al padre Pavoni que por Vicálvaro, gracias a Dios, ya va sonando con fuerza. El trofeo, una gran copa, por cierto donado por nuestros hermanos de Donosti, quedará en el centro infantil y juvenil Lúdico Pavoni... 

Agradecemos a Dios que siga bendiciendo a esta pequeña familia que intentamos vivir imitando al bueno del padre Pavoni. Gracias a Dios y a todos los que hemos participado (algunos, que están más por el suelo que jugando, ya deberían ir pensando en colgar las botas... ) ¡Hasta el próximo encuentro!


Galería de fotos