Breve crónica de la excursión a la Rioja de la parroquia San Ildefonso de La Cistérniga

Aprovechando los días majos del veroño, cogimos el autobús y la maleta en ristre y nos fuimos a la Rioja. Villabáñez, Villavaquerín y La Cistérniga. Sin duda precioso y desconocido: Santo Domingo de la Calzada, donde tenía lugar el Jubileo del Santo, San Millán de la Cogolla  y las glosas emilianenses, Nájera y Santa María la Real, Logroño, Haro, El Ciego, La Guardia y sus preciosas bodegas, Cenicero, San Vicente de la Sonsierra con su imponente retablo en la iglesia-castillo, Briones, Casalarreina, Cuzcurita del Río Tirón, Sajazarra y Briviesca. Un montón de pueblos y rincones con encanto, de esos "pueblos bonitos de España". Pero sin duda lo mejor, la compañía, los cantantes en el autobús, el buen rollo y las ganas de pasarlo bien, que no decayeron en ningún momento. Es La Rioja un lugar para perderse y hacer kilómetros de pueblo en pueblo, con un montón de posibilidades turísticas, gastronómicas, de paisajes, de lugares recónditos... Impresionante también, porqué no decirlo, la calle Laurel y la calle San Juan de Logroño, con las tapas más espectaculares jamás vistas. Cómo guisan los riojanos, hay que ver. Y cuando te pregunten, ¿qué tal La Rioja?, dirás: estupendas las patatas a la Riojana.