Una celebración especial para una niña especial para un grupo especial

Nos decía Almudena en su discurso que quién se lo iba a imaginar. El primer día que vino a la parroquia, a las actividades, ya hace seis años, lo hizo a la fuerza y con lágrimas en los ojos. Hoy siente orgullo, agradecimiento y mucho amor por Dios, por los pavonianos y por el grupo juvenil.

Hablaba Cesítar en nombre del grupo y la decía que lo más bonito de ella estaba por dentro (y mira que por fuera es hermosa). Su generosidad, su capacidad de perdonar, su entusiasmo, su experiencia de Dios la hacen una niña grande. 

Hasta el DJ se quedaba sorprendido del buen ambiente del grupo. Y es que fue una fiesta especial, para una niña especial, para un grupo especial. Una celebración emotiva. Y es que Almu quiso comenzar dando gracias a Dios. En la eucaristía, Marcelo la recordó y nos recordó a todos que debemos ser regalos. 

Y la fiesta fue entrañable, llena de besos, de abrazos, de sonrisas, de buen rollo.

Almu, Dios te bendiga todos y cada uno de los días de tu vida. Tu nos decías que sentías orgullo de habernos conocido, de ser una pavoniana más. Pues los que te hemos visto crecer sentimos orgullo y satisfacción al verte cantar, tocar la guitarra, bailar, dar catequesis, animar los sábados con Pavoni... y siempre, siempre con una sonrisa que surge del corazón. ¡Ánimo, Almu! Esta historia de amistad no ha hecho más que comenzar.