Con el título "Madre de familia" hemos invocado a María durante los días de la novena y la hemos celebrado el día 8

Como en otras ocasiones, la Inmaculada fue para nosotros una fiesta especial, llena de sabor pavoniano y llena de sentido. En consonancia con el lema de la parroquia "familia de familias", hemos invocado este año a la Madre Inmaculada como "madre de famlia". Así, durante los días de la novena, acompañados por un grupo de 40 personas, hemos dirigido la mirada al hogar de Nazaret, donde todo comienza a cobrar sentido. 

El día 5, un precioso partido de fútbol, con sabor ya a fiesta, organizado por el Centro Juvenil, donde la niebla casi hace imposible el gol, muy reñido y disputado y coreado por las gradas. Acabó el partido con la comida compartida en el Centro Juvenil.

El día 6, el Retiro de la Inmaculada con los laicos de la Familila Pavoniana, en la casa parroquial de Renedo, en torno al a figura de María primera creyente. 

El día 7 por la tarde, la maravillosa Ginkana "Vico y Macu", donde un grupo de chavales recorrió 13 pistas por la infancia, la juventud y la obra apostólica de San Ludovico Pavoni. Fue una ocasion para conocer más la ficugra de nuestro Fundador y su vinculación con María Inmaculada. Diversos actores se encargaron de representar, con disfraces inlcuídos, a la madre de Pavoni, su hermana, la criada de la casa, el p. Baldini, el cocinero, el obispo Nava... que n os fueron llevando a una experiencia de conocimiento a través del juego. Hay que agradecer al cuadro de actores, que a pesar de la poca afluencia, se dejó la piel en el intento. El equipo ganador remató la Ginkana con una cena en el Telepizza, promocionada por el Centro Juvenil Saiano, y los demás por un rico chocolate en el mismo Centro Juvenil.

El día 8 es para nosotros una fiesta especial. Este año recordábamos 171 años de la Fundación de la Congregación. En la misa solemne y especial, los jóvenes ocuparon un lugar destacado. También los religiosos y los laicos de la Familia Pavoniana renovaron su consagración a Dios a través de la profesión religiosa y a través del bautismo. Fue sin duda un momento emotivo que sirvió también como testimonio y como propuesta para todos. Ababada la eucaristía en torno a María madre de familia, disfrutamos todos de un aperitivo en el Centro Parroquial, que sirivió para saludarnos y para estrechar más los lazos, fieles, jóvenes, antiguos alumnos, amigos de la Famlia pavoniana, catequistas... A todos nos dejó un buen sabor de boca y ganas de tener más cerca a María en el hogar de Nazaret.