En este retiro participaron también, Carlos y David, dos jóvenes que esperemos que pronto se puedan convertir en postulantes pavonianos.

RETIRO VOCACIONAL EN EL ROSAL

“La alegría de ser llamados”

El domingo 19 y el lunes (festivo) 20 de agosto, nos dirigimos con un grupo de 18 jóvenes hasta El Rosal, un pueblecito a unas dos horas de Bogotá, donde hay un monasterio de monjes benedictinos, para realizar un retiro vocacional. El lema del retiro fue: “La alegría de ser llamados”.

La organización del retiro no fue nada fácil, pues casi la víspera del viaje apenas contábamos con unos 7 jóvenes inscritos y tanto los monjes como el señor del bus seguían preguntándonos cuántos íbamos a ser y los chicos no acababan de decidirse. Pero no nos desanimamos y seguimos invitando a gente para que nos acompañara. Y con la ayuda de la Divina Providencia pudimos realizar esa bonita experiencia vocacional.

El domingo por la mañana, en el monasterio benedictino, reflexionamos de forma dinámica sobre la Carta del Papa escrita con motivo de la Jornada mundial de oración por las vocaciones.  Después asistimos al rezo de la hora media con los monjes. Los chicos se quedaron admirados de la quietud y el silencio de los benedictinos. Después almorzamos en el salón y fuimos hasta el lago del monasterio a disfrutar de la belleza de la naturaleza. Por la tarde, el p. Marcos, abad del monasterio que él mismo se definió como “el más cuadrado de los monjes”, nos dio una charla sobre la exhortación “Gaudete et exultate” y a las 5 p.m. bajamos al pueblito para asistir a la santa misa dominical.

Llegamos un pelín tarde a la eucaristía, en el momento del perdón, y estábamos preocupados pensando que habíamos incumplido a la cita, pues allí habíamos quedado con los jóvenes de confirmación, la catequista y el señor párroco del pueblo para animar la misa y después tener un momento de integración con los jóvenes del pueblo; pero desgraciadamente tenemos que decir con verdad que allí no se presentó ni el cura. Bueno, al menos estaba el vicario parroquial celebrando el sacramento y la catequista Ivone, disculpándose por el incumplimiento de los jóvenes y del párroco.

Así que cuando terminó la misa nos fuimos a la casa de Mery para cenar, reírnos un poco jugando a “El indio cero rayas”, hacer una breve oración de recogida del día e irnos a la cama a descansar.

El lunes, festivo en Colombia, amaneció soleado y pudimos realizar la caminata temática que estaba prevista. Mientras reflexionábamos por grupos sobre la Carta del papa a los jóvenes de Colombia, en su visita de hace exactamente un año, recorrimos campos de papas, fresas, flores,… y hasta una guardería para perros. Hicimos divertidas dinámicas o gestos, recogimos fresas y moras,… En fin fue una bella caminata. Después de dos horas de camino y reflexión regresamos a casa. Almorzamos, limpiamos un poco el “reguero”, evaluamos nuestro encuentro,… y después de agradecer a la familia de Mery por su acogida, nos regresamos para Bogotá, alegres de haber sido llamados a tener un lindo encuentro con el Señor.

Termino con una noticia esperanzadora: en este retiro participaron también, Carlos y David, dos jóvenes aspirantes, que esperemos que pronto se puedan convertir en postulantes pavonianos. Hemos tratado de inculcar a los jóvenes que seguir a Cristo no es para gente triste o amargada sino para jóvenes alegres; ahora les toca a ellos ser valientes y lanzarse en busca del tesoro escondido que es Jesucristo nuestro Señor. Que Ludovico Pavoni y la Virgen Inmaculada les animen y les acompañen en su camino.