Este encuentro con los jóvenes de Boyacá nos abrió las puertas para seguir acercándonos a esos muchachos.

DE GIRA VOCACIONAL POR LOS PUEBLOS DE BOYACÁ.

El pasado sábado 17 de febrero no fue un sábado mas. Fue un sábado de gira vocacional, muy bien acompañados por dos comunidades religiosas. Estuvimos nada más y nada menos que en las hermosas poblaciones de Suse y Aquitania (Boyacá), a cinco horas de nuestra capital Bogotá, rodeadas por la hermosa Laguna de Tota. Los expedicionarios éramos el hermano Jesús, la hermana Gloria Esperanza (Fraternidad sacerdotal), la hermana  María Dolores (Hermanas de la Presentación), Andrés, un joven de la parroquia y yo, el p. Daniel.

Desde muy temprano emprendimos con ánimo esta expedición vocacional y después de ver y atravesar campos y poblaciones, al fin llegamos a esas preciosas tierras de Aquitania. Casi a medio día tuvimos la cita en la población de Suse, donde nos esperaban un grupo de jóvenes con su párroco, el padre Héctor. Nos presentamos  y compartimos nuestras experiencias. Ese día, además, nos acompañaron unos jóvenes seminaristas de la Diócesis de Tunja, que al contar su experiencia hicieron más ameno y enriquecedor el momento. Además concelebré la eucaristía con el párroco, donde tuve la oportunidad de dar testimonio como religioso Pavoniano ante la comunidad allí presente.

Después nos dirigimos rumbo a la población de Aquitania. Allí  almorzamos y visitamos el museo del pueblo donde conocimos algo de su historia y luego, desde las 4:00 pm, tuvimos la maravillosa oportunidad de encontrarnos con el grupo Juvenil “Guerreros de la Iglesia” conformado por los jóvenes de esa hermosa población, muchachos muy buenos, como quiere nuestro padre Fundador, “inflamados de amor de Dios” y muy unidos, sencillos, de buenos sentimientos y con deseo de seguir a Jesús.

Con ellos compartimos hasta las 7 pm de la noche. Los sentíamos  muy contentos con  nuestra  presencia ya que no querían irse a sus casas, al final fueron ellos los que nos despidieron en la plaza en medio de abrazos, bendiciones y recomendaciones ya que tocaba salir a la población de Duitama donde nos esperaban las hermanas Franciscanas de la Sagrada Familia, que muy amablemente nos ofrecieron posada esa noche.

Al día siguiente, domingo, después de charlar un momento con las hermanas franciscanas, partimos para Soracá, un pueblecito cerca a Tunja, la capital del departamento. Allá en la eucaristía  pudimos dar testimonio de nuestro seguimiento a Cristo como religiosos pavonianos y aprovechamos para dejar en el despacho parroquial nuestras tarjetas vocacionales.

Como conclusión podemos decir que este encuentro con los jóvenes de Boyacá nos abrió las puertas para seguir acercándonos a esos muchachos y proponerles el estilo de vida de nuestra Congregación, aunque también sabemos que no es fácil por la distancia y porque allá los sacerdotes diocesanos realizan mucha propaganda vocacional;  pero a pesar de eso es un buen reto que debemos asumir y  queremos hacer un seguimiento vocacional a esos jóvenes para que este lugar sea terreno fértil para el futuro de nuestra Congregación.