Con esta cita del Evangelio recordamos ayer a San Ildefonso obispo, patrono de la Cistérniga

El día amaneció un poco gris y húmedo, pero los ánimos se fueron calentando a la hora de sacar al Santo de la Iglesia. Es una tradición muy antigua que se remonta al s. XVII, a través de la cual los cirrienses honran a su Santo Patrono. En una jornada precedida por las vísperas y el cabildo de la cofradía con merienda incorporada, para continuar el día 23 con la misa solemne y la procesión por las calles del pueblo, a toque de dulzaina y tamboril, aderezada con jotas y vivas. La iglesia a rebosar, acompañados por el Alcalde, el Mayordomo de la Cofradía que toma posesión en esta fecha con los otros cargos, recordamos las virtudes de San Ildefonso en aquel remoto siglo VII de la España visigoda: famoso por su elocuencia y por su don de palabra, como decía de él San Julián de Toledo, brilló en su tiempo por tener una palabra accertada para todos. Por eso decimos de él, que de la abundancia del corazón habla la boca. Es para nosotros modelo de consejero, de servidor, de atención a los pobres...

La fiesta continuó con la comida, el chocolate, el baile... y hoy todavía con la misa de los difuntos de la Cofradía y la rendición de cuentas por parte de los antiguos cargos. Que San Ildefonso, patrono de este pueblo y de esta comunidad parroquial, siga iluminando nuestro camino.