Del 6 al 10 de enero ha tenido lugar el VII Campamento Juvenil Pavoniano

Queridos jóvenes de Villavicencio y Bogotá que han asistido al VII Campamento Juvenil Pavoniano que este año ha tenido como lema “Santos como Pavoni”.

Hoy es el último día del campamento, esta tarde cuando llegue el tiempo de las despedidas, seguramente sus ojitos dejarán caer más de una lágrima porque esos amigos que Dios nos ha regalado ya regresan a sus casas y no sabemos bien cuando les volveremos a encontrar.

Hemos vivido cinco días llenos de alegría y santidad. En nuestra memoria queda la lunada inicial con la Leyenda de la Niña, el balneario Santa Ana y los famosos Juegos de agua donde las chicas lucharon como leonas, el campeonato de micro del domingo donde aún ganaron las viejas glorias, el paseo en chiva a ver la iluminación navideña, la caminata temática a la Vereda Argentina, con aguacero incluido y la rumba final cargada de sentimientos. Quedan también las noches sin dormir, algunos pequeños roces y discusiones sin mucha importancia,… En fin, en la “memoria emocional” de ustedes hay sin duda una recarga de sentimientos de amor y amistad.

Pero, aparte de hacer nuevos amigos, este campamento tenía el objetivo de conocer más la figura de San Ludovico Pavoni para admirarnos de su persona y su obra y para seguir sus huellas con valentía y confianza en la Divina Providencia. Todos los días hemos realizado algún momento formativo y espiritual para tratar de alcanzar nuestro objetivo.

La pregunta que yo me hago y que ahora les lanzo a todos ustedes es: ¿Conocen más ahora la vida de este gran santo? ¿Han quedado admirados por el ejemplo de su vida y su obra? ¿Sienten deseo de seguir sus pasos? ¿Tienen ya algún compromiso concreto para ser cada día más santos como Pavoni? Si es así, entonces este campamento habrá alcanzado su meta y nuestro Dios, la Virgen Inmaculada y Pavoni estarán muy contentos en el cielo. Pero si solamente quedan en nuestro corazón los momentos de diversión y recocha, entonces el campamento habrá sido únicamente un bonito encuentro de amigos que antes o después quedará en el olvido.

Recuerden jóvenes que todos nacimos para ser santos, que ese es el destino que Dios quiere para cada uno de nosotros y que, aunque no es fácil y supone renuncias y sacrificios, tampoco es inalcanzable ya que con la ayuda de Dios nada es imposible. Si Ludovico Pavoni y muchos hombres y mujeres a lo largo de la historia ya están gozando de la presencia de Dios, ¿por qué tú no puedes intentarlo? Ora todos los días, trabajay estudia con entusiasmo, colabora en tu parroquia, acércate a Pavoni y a los pavonianos y lánzate a ayudar a todos los que te rodean, especialmente los más necesitados de tu amor; así, casi sin darte cuenta, alcanzarás un día la santidad.

Feliz año nuevo para todos.Un abrazo fraterno de vuestro amigo y animador.

Hermano Jesús Mateos.