Como una réplica de la fiesta de la Canonización, en Valladolid, 112 jóvenes

El pasado fin de semana del 4 al 6 de noviembre, tuvo lugar en el Colegio de Valladolid la Convivencia anual de los jóvenes Saiano, con una participación masiva de 112 jóvenes. La alegría de tener un santo entre nosotros, y de invocar a Pavoni de esta manera, fue comunicada a todos los jóvenes, ya desde la alegría de verse y encontrarse, de disfrutar juntos, de saborear el regalo de la amistad... el viernes por la noche. Así fueron llegando los diferentes grupos y de diferentes maneras. El patio de los coches se nos quedó pequeño, y casi se nos queda pequeño el comedor y las habitaciones. Hay que decir que quedaron sólo 4 camas libres. El Colegio esos días era una auténtica fiesta de jóvenes yendo y viniendo, abriendo la puerta, jugando a lo que sea... Y conocernos, y reconocernos, y las noches toledanas, en fin, una fiesta.

La película Trash sobre los niños de la calle de Brasil, el encuentro de una cartera y la tutela de un sacerdote, nos traladó a aquellas lejanas tierras donde recordamos que se encontraba el p. Ricardo nuestro Superior General. Película densa, para pensar y darle vueltas y para hacernos una idea de que somos privilegiados. Nos trasladó al tema de la infancia, tan querido para Pavoni.

El sábado por la mañana, después de un momento de oracion, el hno. Escudero nos organizó por talleres de San Bernabé para un macrojuego en el que los chavales iban divididos por grupos a diferentes pruebas. Hubo ganadores... y perdedores, pero todos lo pasamos muy bien recorriendo los diferentes juegos: el rompercorazones, sabéis más que los niños de San Bernabé, Salvados por Pavoni, Pin pan pun toma Ludovico, Ganatiempos con Pavoni, el dominó Pavoniano... En fin una suerte de enredos y juegos que nos hicieron aprender mucho y disfrutar más. 

Por la tarde, fuimos capaces de organizarnos para ir a la misa de acción de gracias en la Catedral de Valladolid, con dos autobuses, coches y demás, y después participar en el vino español que se dio en el Colegio San José. Fue un rato para mirar más lejos y más amplio, y para saludar y ver a tanta gente como trabaja y ha trabajado en sintonía con los pavonianos. Por la noche, partido de fútbol sala en el pabellón polideportivo. A todos nos soprendió el buen estado, la gran pista... a pesar de no tener porterías.

El domingo, como en otras ocasiones, lo dedicamos a recoger la casa, dejar cada cosa en su sitio (más o menos) y desplazarnos a La Cistérniga, donde continuaba la fiesta con la participación en la Misa Familiar y la comida, hasta que nos salió el pollo por las orejas.

Días para el recuerdo, días pavonianos 100% en los que nos sentimos parte de la misma aventura, celebrando y compartiendo sobre Pavoni.