El amor de Jesús nos invita al compromiso cristiano.

Segunda Convivencia Juvenil del Decanato San Marcos

JESUS HIJO REDENTOR MISERICORDIOSO

Con su vida y con su palabra, Jesús nos mostró el auténtico camino que hace grande a la persona: “El que quiera ser grande entre ustedes, que sea vuestro servidor,…igual que el Hijo del hombre que no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20, 26-28). La grandeza de Jesús radicó en vivir por completo para el amor y el servicio.

Eso es lo que hemos pretendido inculcar a los jóvenes en esta segunda convivencia del Decanato San Marcos: Chicos, tanto amó Dios al mundo que no dudó en entregar a su Hijo único para redimirnos de nuestros pecados. El amor de Jesucristo, nuestro Señor, es maravilloso. Y nosotros ¿cómo estamos correspondiendo a ese amor que Dios nos tiene? Si Dios entregó su vida por nosotros, también nosotros debemos entregársela a Dios. Dejen los falsos ídolos y sigan el Camino verdadero.

Amaneció un día lluvioso y quizás por eso solamente 38 jóvenes de cuatro de las diez parroquias de nuestro decanato se animaron a participar en la convivencia. Pues a los que no pudieron o no quisieron venir les tenemos que decir que se perdieron una de las mejores convivencias de estos años. Hubo integración, oración, reflexión, en un ambiente de calma, arrullados por las gotas de agua que deslizaban sobre la maloca de palma de moriche; y después del almuerzo, Diosito alejó las nubes y nos mandó un sol casi milagroso que calentó rápidamente el agua de la piscina donde “recochamos” como verdaderos amigos.

Falta una tercera convivencia donde contemplaremos el amor del Espíritu Santo Consolador. A los jóvenes les invitamos ya desde ahora a ese último encuentro de este año. ¡Por favor, no nos fallen!; a los líderes juveniles les animamos a seguir con fe y alegría el camino que hemos iniciado y a todos ustedes que están leyendo este artículo les exhortamos a acercarse cada día más a Jesús que es el Rostro de la misericordia del Padre.

Un saludo a todos. En especial un agradecimiento y un abrazo fraterno al p. Ricardo que hace poquitos días se encontraba de visita entre nosotros.