Durante el fin de semana pasado 92 jóvenes se reunieron en el Colegio para la tradicional Convivenci

Este año la conviencia Saiano tenía algo especial. Quizá por el número tan elevado de jóvenes que participaron: 92 contanto los animadores. Inentamos acercarnos a lo que significa la implicación, la generosidad, el compromiso... a través de la vida de Ludovico Pavoni, un hombre que vivió con las manos en la masa. Hay personas que viven diciendo "pero", y hay personas que lo arriesgan todo y dicen "vamos". Entre el pero y el vamos hay un gran camino, y los jóvenes, una vez más nos demostraron, que hay que vivir con arrojo, con generosidad, con pasión... Ser distinto o ser lo mismo. He ahí el reto que se nos plantea. Para muchos pesan más estas palabras: triunfo, euros, competencia, estabilidad, belleza, seguridad… y es mejor dejar a un lado estas otras: riesgo, compromiso, incertidumbre… Sin embargo hay algo dentro de nosotros que nos llama a la locura, al sueño, a lo imposible… a soñar.

No se trata de subirse a un trampolín y gritar para llamar la atención. No es hacer cosas pintorescas o raras. No es ser un excéntrico… ES TENER VALORES QUE UNO INTENTA MANTENER EN UN MUNDO EN QUE TODO ES RELATIVO. Es el riesgo de creer. Es vivir “con las manos en la masa”, como lo hizo Pavoni.

Vivir no es conformarse, sino equivocarse, aprender… Vivir es imaginar alternativas y apostar por ellas. Es ser distinto, no lo mismo. Vivir es reír y arriesgar, y tropezar, y caer, y levantarse, y llorar, y volver a reír. Es buscarte y amar, arriesgarse a saltar en el vacío.

Ser Saiano, pertenecer a Saiano es formular un formular un ‘VAMOS’ antes que un ‘PERO’. Es preguntar ‘¿cuándo?’ en vez de un ‘es que...’ Es no ir a rastras, sino tirar del carro, de tantos carros como necesitan quien los empuje. Es grito y pasión.

Así intentamos vivirlo a través de la película de "La inolvidable historia de Simon Birch", a través del juego sobre las cosas de Pavoni, a través de la excursión a Mayorga al Museo del Pan, a través del Cluedo por la noche... Así intentamos vivir como Saiano, arriesgando, apostando, diciendo "vamos". 

Fue bonito ver el Colegio lleno de chavales, corriendo, abriendo puertas,investigando, y buscando los diferentes objetos que rodearon la vida de Pavoni: el reloj, la sotana, la Virgen, la imprenta, la olla de polenta... ¡¡15 objetos que nos mantuvieron despiertos y corriendo toda la mañana!! 

La experiencia, sin duda gratificante. Los chavales y monitores encantados. Gracias a todos los que lo hicistéis posible. Gracias, y ¡adelante! Nos vemos en la Pascua.