Alegría, nervios, algún que otro despíste y muchísima felicidad

Recibir a Jesucristo no es comparable con casi nada... Cuánta dicha la de este grupo de niños.. Las palabras sobran cuando la Palabra y la Vida de Dios hace morada en las palabras y en la vida de estos niños... Agradecemos la labor de Gonzalo, Carmen y Maite, sus catequistas... Y les dejamos con la mirada de felicidad que produce cuando Dios toca los corazones...