Presididas por el vicario episcopal Don Alfonso Lozano

Dejamos la palabra a Toñi, catequista de Confirmación y coordinadora de catequistas... Ella, mejor que nadie, puede expresar este momento tan importante para la vida de estos muchachos... La agradecemos como siempre su disponibilidad, su trabajo y su ser pavoniana...

Queridos chicos/as:

Después de estos dos años que hemos pasado juntos, conociendo y queriendo un poquito más a Jesús, ha llegado el momento para el que os habéis preparado.

Sabéis que os he dicho algunas veces que en este tiempo se os coge mucho cariño y ahora cuando llega la hora de recibir el sacramento y saber que ya no estaréis en mi grupo, me entra cierta melancolía; se me viene a la mente muchos de esos momentos (de risas, de ensayos, de nervios, de mandar callaaaaaar, jjj), pero sobre todo los momentos en los que hemos sabido ser grupo.

Desde que empezamos os dije que quería ser vuestra amiga, una más entre vosotros y que la base esencial de toda convivencia es el respeto. Puedo decir con orgullo y gran satisfacción que eso lo hemos cumplido entre todos, os agradezco el cariño  que me habéis dado (vuestros besos, vuestros achuchones, etc.) y la confianza que habéis puesto en mí.

He intentaros daros lo mejor de mí, de mis conocimientos, de mis aptitudes. Todo lo he puesto al servicio de vosotros y no cabe duda de que de vosotros también he aprendido porque cada uno sois un mundo diferente del que se puede aprender mucho.

Suena tópico deciros que aunque dejáis de ser de mi grupo, no dejareis nunca de ser mis chichos/as y que dentro de mi corazón siempre habrá un espacio para recordaros. Sólo espero de vosotros que cuando seáis mayores y yo más viejita y me recordéis, lo hagáis con el mismo cariño con que yo lo haré de vosotros.

Quiero repetiros que el camino de la fe nunca se acaba, que tengáis a Jesús siempre presente en vuestras vidas, ya que Jesús es el amigo que nunca falla, acordaros de los valores del evangelio, de las parábolas que leíamos y lo que Jesús nos quería decir con ellas. En definitiva, que si vivís en los valores del evangelio nunca tendréis problemas que no podáis solucionar.

Ya solo desearos que os haya servido de algo todo lo que os he dicho y seáis “buenas personas”, estoy segura que si es así, Jesús rebosará de alegría.

Recibir mis más sinceras felicitaciones y saber que tanto los sacerdotes, religiosos pavonianos y yo estamos a vuestra disposición para lo que necesitéis.

Que la Virgen María os proteja como Madre y Jesús ilumine vuestras vidas

Un beso muy fuerte.