Del 2 al 5 de abril de 2015, tuvo lugar en La Cistérniga la Pascua Juvenil Pavoniana. Todo un acontecimiento que se prepara hasta los últimos detalles, para posibilitar que jóvenes y mayores, tengan un encuentro con Jesús que, un año más, pasa a nuestro lado. La Semana Santa en La Cistérniga comenzó con el Via Crucis a la Cuesta del Pico el Viernes de Dolores, con el Concierto de Marchas Procesionales que nos ofreció la Banda Municipal de Música de La Cistérniga el sábado, y con el entrañable recuerdo de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, el Domingo de Ramos. Algunos, fueron salpicando los días santos siguientes, con diversas procesiones, que en Valladolid son aun auténtico espectáculo, pero lo realmente conmovedor, llegó el Jueves Santo, cuando el Centro Parroquial, el Templo, la plaza y los bares colindantes, se vieron asaltados por los 44 jóvenes, venidos de Cáceres, Albacete, Madrid-Vicálvaro y de diversos lugares de Valladolid. Venían a celebrar la Pascua de Jesús. Con guitarras, mochilas, arreos varios... fueron llegando sobre las 12 h. al Colegio, luchando contra los elementos y contra los vehículos que no respondían al arranque. Nos sorprendió gratamente, en la acogida, la visita del p. Ricardo, nuestro Superior general, que tuvo que hacer de taxista, ante la necesidad evidente. Y después de los saludos, las dinámicas de presentación, la comida y demás, empezó la dinámica de la Pascua, con los cantos, la presentación de la lilturgia, el trabajo de grupos, y la celebración de la Cena del Señor. Este año dedicado a la Vida Consagrada, todos los grupos tuvieron nombres familiares, como noviciado, votos, comunidad... y un grupo a parte que ha trabajado seriamente sobre el proyecto de vida: el grupo Consagración. La celebración de la Cena del Señor, sentida y entrañable, y una vez que dejamos al Señor en el Monumento, los pequeños fueron a ver la procesión de Penitencia y Sacrificio, y los mayores a repartir bocadillos de pollo en la Estación de Autobuses. Se trata de un lugar donde muchas personas pasan el día y la noche, amontonados, resguardándose del frío, viendo ir y venir viajeros... En su busca fuimos para caer en la cuenta de la 'cuarta caída', la que nosotros provocamos. Terminamos el día a los pies del Monumento, haciendo memoria del paso de Jesús por nuestra vida.
Y después de una noche apasionante, el Viernes Santo buscamos el cuerpo de Jesús. The body, era la dinámica. Se trataba de un dibujo del cuerpo de Jesús escondido en 12 comunidades religiosas de Valladolid. Los ojos, los pies, los brazos, los oidos, la sangre, el corazón, los sueños... Mil gracias a las 12 comunidades que hicieron posible esta dinámica de acercamiento a la realidad que sirvió para descubrir qué apasiona a estas personas, porqué están dando la vida... Gente con un sueño que merece la vida, gente consagrada, que de tantas maneras, tan eficaces y tan discretas, viven apasionados por algo tan grande, que lo han dejado todo.
Regresamos a La Cistérniga para la Hora de la Misericordia, las tres de la tarde, en la que descubrimos que el misterio de la cruz, está velado para muchos. Su poder, su eficacia... permanece oculto para los sabios y entendidos, y se revela a los humildes. Reconstruímos el cuerpo de Jesús, aunque todavía quedó incompleto, y celebramos la Pasión y Muerte del Señor, una celebración austera, pero llena de símbolos y de detalles que nos hicieron caer en la cuenta de que es por ti, por cada uno de nosotros. Por la noche, tuvimos la oportunidad de ver la película Blanca como la nieve, roja como la sangre, que nos situó en otras pasiones y otras formas de dar vida y de sentirnos vivos. Un grupo optó por la relajación y expresión corporal, y también disfrutaron lo suyo.
El Sábado de Gloria, tuvimos la suerte de visitar el Monasterio Iesu Communio, en La Aguilera, y las 200 monjas que allí se encuentran. Sin duda fue una suerte, que comenzamos poniendo la cabeza en el regazo de María, descansando en ella nuestras preocupaciones. Ella, la Madre de la Santa Esperanza, nos enseña cómo debemos esperar. La abadesa, Sor Verónica, nos regaló a cada uno una preciosa cruz. En el Monasterio compartimos con las hermanas la mañana, nos contaron también qué las apasionaba a ellas, que las movía a dar la vida de esa manera. Fue realmente impresionante este encuentro, y después de comer, de regreso a La Cistérniga, para preparar la Vigilia Pascual, con la preparación interior de cada uno, la exterior de todos los símbolos y detalles, y también para hacer una presentación de los Grupos Saiano y de la Familia Pavoniana. A través de la luz, expresamos nuestra forma de verlo y nuestros compromisos. La Vigilia Pascual, animada en todo momento por los jóvenes, resultó un encuentro con Jesús Resucitado, a quien descubrimos en la fracción del pan y en la fraternidad. Los fuegos artificiales, los gestos, los símbolos, nos ayudaron a entrar en este misterio que nos renueva a todos. Después de la Vigilia, la noche se prolongó hasta que vino la Guardia Civil, quizá alertada por algún vecino que no podía dormir, tal era la fiesta que tuvo lugar.
Y con mucho sueño, pero con mucha vida, nos terminó de despertar el Domingo de Resurrección la Banda de Música de la Cofradía del Stmo. Cristo del Despojo, que hicieron un hermoso pasacalles por el pueblo, y acompañaron el Encuentro de la Virgen del Consuelo y Cristo Resucitado, con música, campanas, palomas... y mucha fiesta. La ocasión lo merecía. Además en la misa, bautizamos a dos niños, que para el jaleo que había, se portaron muy bien.
Y después de comer, las despedidas, aunque algunos se despidieron a primera hora. Alguna que otra lágrima, la pena por ir nos lejos, y a la vez la alegría de saber que habíamos compartido algo grande, la fe, y que volveríamos a reencontrarnos el próximo 23 de mayo en la XII Marcha Pavoniana a Colmenar Viejo, y algunos en la XXIII Asamblea de la Familia Pavoniana en Madrid, el próximo 25 de abril.
Tenemos 50 días para seguir celebrando con gozo eso tan importante que es motor de nuestra fe: Cristo ha resucitado y vive para siempre. Es por vosotros jóvenes, es por ti, Jesús.