Todavía padeciendo las consecuencias del frío checo, nos cuentan qué tal fue el viaje de Nochevieja

Del 28 al 5 de enero, 9 jóvenes de los grupos de Madrid, Albacete y La Cistérniga, acompañados por Julia, encargada de la oración de Taizé en Valladolid, que tiene lugar los jueves en la Iglesia de las Esclavas, en la Plaza del Salvador,  y por Javier, que aunque tuvo que volverse antes de tiempo, nos acompañó en espíritu y nos dio fuerza para seguir adelante, decidimos vivir como ya hemos realizado en anteriores ocasiones el encuentro de la Peregrinación de Confianza organizado por los hermanos de Taizé.

Este año, los hermanos decidieron que la peregrinación tendría lugar en Praga, una bella ciudad con la hermosa Catedral gótica de San Vito, cruzada por el rio Moldava, y en la que pudimos comprobar porqué el encuentro se basa en la confianza, porque como en otras ocasiones, los más de 25000 jóvenes colapsaron metro, autobuses, tranvías, pero la paciencia hizo que todo continuase sin contratiempos.

Además, este año, hemos recorrido todos los lugares acompañados por un manto de nieve, que hizo más pintoresco nuestro camino.

Nos hemos alojado en dos familias en un pueblo situado a  40 Km de distancia, llamado Milovice, en el que hemos sido acogidos con mucho cariño y buen trato.

A pesar de no contar con la dirección de Javier, todos pusimos nuestro granito de arena para avanzar, conocer lugares únicos de esta ciudad como el puente de Carlos, el Reloj Astronómico, la plaza de la ciudad vieja, el mercado navideño o la Iglesia de Nuestra Señora en frente del Týn.

Las distintas oraciones en el centro de exposiciones de Letñany, en la Iglesia Católica de Milovice, en la Catedral de San Vito entre otros lugares, nos enseñaron que hay que confiar unos en otros, lo difícil que es dirigir un grupo, y la importancia del silencio y de la oración.

Antes de  pasar el fin de año rodeados de jóvenes polacos, ucranianos, checos y otros dos grupos españoles de Barcelona y Valencia, tuvimos la oración en la que el  hermano Alois, nos comunico que el próximo año, no tendremos problema con el idioma, la comida o el frio, porque el encuentro tendrá lugar en la mediterránea ciudad de Valencia.

Tras el fin de año, al día siguiente, tuvo lugar comida con las familias de acogida y la oración de la luz, que envuelve la oración de la tarde en un ambiente mágico.

El día 2 llego la hora de coger las maletas y desplazarnos a Viena, la ciudad de la música donde nos hospedamos en la casa de la archidiócesis de Viena, donde nos recibieron con buen trato, y donde establecimos el centro de operaciones para visitar la inmensa ciudad de Viena.

Viena es una ciudad imperial donde pudimos conocer el palacio de Schönbrunn, la Catedral de San Esteban, el Ayuntamiento, la Ópera, el Prater, la Noria de Viena, el estadio Ernst Happel, donde la selección española ganó la Eurocopa en 2008, la iglesia de San Carlos Borromeo.

Una ciudad que nos enamoró a todos y nos sorprendió con sus precios, aunque supimos administrarnos y llevar adelante todos los objetivos.

La madrugada del día 4 al 5, fuimos al aeropuerto donde tras un sueño reparador, cogimos el avión de vuelta a España.

Siempre quedaran recuerdos, tener el rumbo perdido, you want coffee, canciones…
Tantos rostros, tantas personas amigas y queridas, especialmente nuestros anfitriones y aquellos que nos abrieron las puertas, y nuestros amigos de Valencia, a los que esperamos ver al año que viene.

Son tantos lugares, que seguramente habré dejado alguno en el tintero, pero no quiero dejar de dar las gracias a Javier, porque a pesar de su regreso anticipado, nos dejo con todo atado, a Julia por tener la paciencia y las ganas de seguir acompañando a este grupo un año más, y en mi nombre, a todos los jóvenes que hemos vivido esta aventura, porque a pesar de las opiniones de unos y otros hemos disfrutado de un viaje inolvidable, de lugares increíbles, y de la confianza y amistad que nos propone el hermano Alois.


¡Nos vemos en Valencia la próxima nochevieja!