El campamento juvenil pavoniano, realizado en Villavicencio del 2 al 6 de enero, tuvo como lema una

Campavoni 2015

¡ARMEN LÍO, MUCHACHOS!

Gracias a Dios, en este campamento pavoniano, los jóvenes que asistieron no armaron mucho lío. Estuvieron alegres, activos, amigables,… pero muy juiciosos.

Fueron 30 jóvenes los que se aventuraron a vivir esta bonita experiencia de fe y amistad que este año tenía como lema una de las frases del papa Francisco a los jóvenes. Y es que los discursos y el ejemplo del papa han calado muy hondo también en el corazón de los jóvenes colombianos.

Aparte de los paseos, caminatas, rumbas,… que no pueden faltar en una convivencia juvenil, en nuestro campamento pavoniano cada día leíamos y trabajábamos con mucha atención uno de los discursos del papa a los jóvenes.

¿Y como resultó este encuentro? Pues el último día estuvimos evaluando el campamento y un joven dijo “creo que ha sido el mejor campamento que he vivido”; algunos decían que lo que más les había gustado eran las amistades, otros los paseos, otros la comida, pero  esperamos que lo más importante en este campamento hayan sido las palabras de Dios que tenían resonancia en la boca del papa Francisco.

Para terminar mi artículo, les quiero resumir brevemente algunos de esos mensajes: Nuestro querido papa Francisco nos recuerda que los jóvenes no nos debemos dejar robar la esperanza sino más bien ser luces de esperanza; que el camino del cristiano no es un laberinto y un caminar errantes por la vida dando vueltas sin sentido, sino que debemos aspirar a metas altas, por el camino recto que conduce al Padre; que debemos caminar siempre con la verdad por delante; que seamos humildes y respetuosos con todos, alegres y dialogantes con todos, mostrando que tenemos dentro de nosotros al Dios misericordioso; y que no licuemos la fe en Cristo. Debemos ser cristianos en serio y no cristianos de fachada. Caminemos con coraje, esperanza y solidaridad, siguiendo el ejemplo de los apóstoles que cuando se encontraron con Jesús, le siguieron por el camino de las Bienaventuranzas. No nos conformemos con las ofertas a bajo precio que nos ofrece nuestra sociedad, sino que anhelemos siempre la auténtica felicidad, renunciando al consumismo, el individualismo y el conformismo y aprendiendo en la escuela de los pobres, al lado de los pobres y al servicio de los pobres. No nos desanimemos por nuestros pecados pues Dios no se cansa nunca de perdonar.

Eso es todo, muchachos. Animo y mucha esperanza para este año 2015 que acabamos de comenzar.