campamento infantil pavoniano y convivencia anual de la familia pavoniana

CAMPAMENTO INFANTIL PAVONIANO

Villavicencio 14-17 Noviembre 2014

LES DEBO UNA LINDA LUNADA

¡No sé lo que me pasó, quizás debió ser el cansancio, el desánimo, el estrés! ¡No lo sé! Ocurrió la noche del domingo 16. Ese día, gracias a Dios había salido el sol, porque ya estábamos cansados de tanto aguacero e inundaciones. El sábado no habíamos podido disfrutar bien del parque temático las Malocas porque la lluvia nos lo impidió. Tampoco habíamos podido realizar la lunada el viernes ni el sábado y el lindo patio del Centro Juvenil apenas había sido estrenado.

Los niños aprovecharon la última noche del campamento para jugar  a las escondidas. Se les veía muycontentos. Mientras tanto algunas mamás, los niños pequeños y yo, tratábamos de encender el fuego que ambientaría la lunada. Yo era el más empeñado en que ardiera esa hoguera pues había planeado una oración en torno al rico simbolismo del fuego.  Tardamos mucho en lograrlo pues la leña estaba muy húmeda y no quería arder. Eso también me estaba molestando un poco. Al fin lo logramos y fui a la casa pavoniana a dejar  la caja donde había llevado los papeles para prender el fuego. Entonces no sé lo que me pasó. Vi en la mesa del comedor el papel de las canciones que me habían encargado para el día siguiente y me dispuse a pasar esas canciones al computador.Esas canciones son importantes para la oración. Me encargaron ese pequeño detalle y aún no las tengo preparadas. Mi mente estaba embotada y o conseguía trabajar con tranquilidad. Sin darme cuenta, el tiempo pasaba deprisa. Entonces llegaron Bárbara y Teresa, las dos animadoras pavonianas. Eran ya las 10,30 de la noche y me invitaron a dar inicio a la lunada. Mi reacción fue casi inconsciente. Cansado, estresado,… les di una respuesta inesperada: Es ya tarde, les dije, para hacer una lunada. Además lo dije como muy seriamente. Entonces ellas, disgustadas, fueron y regañaron a los niños porque no habían acompañado al Hermano Jesús a prender la hoguera. Yo no sabía lo que estaba pasando abajo, aunque imaginaba que los niños estarían algo desilusionados. En ese momento la mamá de una niña me llamó al celular y bajé a dar el aviso; entonces vi a todos los niños con la silla en la mano que se dirigían tristes al salón para dormir. Según iban pasando algunos me decían: disculpe hermano por no haberle ayudado a prender la hoguera. En ese momento yo también me entristecí porque comprendí que la había embarrado bastante. Me dieron ganas de pedirles perdón e iniciar la velada, pero  no tuve el valor de hacerlo. Regresé a terminar las canciones y me fui a la cama.

Al día siguiente llegaron los adultos de la Familia Pavoniana de Villavicencio y Bogotá para realizar la convivencia anual que este año tuvo como lema: “Denles ustedes de comer”. Meditamos en pequeños grupos sobre el informe del p. Lorenzo y sobre el nuevo Documento capitular. Surgieron algunas ideas muy interesantes como la de realizar reuniones semanales en pequeños grupos más familiares, la de publicar en la web todo lo que salga relacionado con la Familia pavoniana y la de elaborar un proyecto formativo entre todos para la Familia pavoniana colombiana. También se habló de hacer las reuniones mensuales más dinámicas y en las que podamos compartir nuestras ilusiones, nuestras alegrías y nuestras dificultades y que en las parroquias deberíamos hacer mayor énfasis pavoniano. Algunos dijeron también que si somos verdadera familia deberíamos preocuparnos más los unos por los otros llamándonos por teléfono, visitándonos, apoyándonos,… y que ese espíritu de familia debe estar basado en la fe y no solo en la amistad o en falsas motivaciones  y la fe se mantiene con la oración y los sacramentos.

La verdad es que todo resultó muy bien, excepto lo de la lunada. Para mí fue como un lindo pastel al que le faltó la guinda. Por eso hoy a los niños y a las monitoras les pido disculpas y les digo con la mano en el corazón: ¡Les debo una linda lunada!