Un día para recordar en el precioso entorno de la Santa Espina

Inteligentes eran los monjes cistercienses que se posaron en la orilla del río Bajoz. Un lugar delicioso, rodeado de vegetación, de huertas, vegas y un frescor que trasmite paz. Allí, a la Santa Espina en el término de Castromonte, fuimos a celebrar el día de Familias al término de la catequesis. Fueron 106 los valientes que se apuntaron a esta aventura. El sitio, excepcional, el monasterio de Santa María de la Santa Espina, que cuidan los Hermanos de la Salle y en el cual desarrollan una actividad muy hermosa de capacitación agrararia con Ciclos Formativos PCIs y cosas de esas. Los hermanos, muy amables, para que tuviéramos lo necesario, para que no faltara nada, amables también en la explicación del monasterio después de comer y en la visita a la exposición de mariposas. 

Por la mañana tuvimos una preciosa Ginkana llena de juegos, de bromas, de carreras... por el prado, a la orilla del rio Bajoz y una pequeña isla que allí había, y por la tarde, ya con más calma, después de degustar tantas viandas y refrigerios, las visitas, el sogatira, el pañuelo y otros juegos para niños y mayores.

Acabamos con una oración a María en la Iglesia de la Santa Espina, emplazándonos para el próximo curso, y con la merienda para acabar con las fiambreras y sacos. Todo resultó estupendo y los padres, con muchas ganas de participar y de disfrutar. Esperamos volver a este hermoso lugar en otros años.