A los ocho días, como las apariciones del Resucitado, crónica de la Pascua

Nuevamente os digo... Aunque ya nos lo había dicho, aunque Pascua celebramos todos los años, aunque muchos repiten... "nuevamente". Esa fue la palabra que más se repitió en esta Pascua 2014 en La Cistérniga (Valladolid), porque "Todo lo haces nuevo", como decía el lema de la Pascua. Resucitar es hacer nacer cosas nuevas, cada día, siempre... un guiso, una receta, un invento, un trabajo... hacerlo nuevo, aunque sea de lo de siempre. Así, con este espíritu de novedad que alienta en la convocatoria del 39 Capítulo general de los pavonianos, se reunieron este año 58 jóvenes, más los fluctuantes... vamos hasta 62. Uno de los años que más participación ha habido. 

Comenzamos el Jueves Santo, en el Colegio, haciendo algunas cosas viejas, nuevas, y calcando nuestros perfiles "nuevos", y brindando en la Unción en Betania, con perfume y todo. Era un gesto que nos situaba en otra perspectiva de Pascua, en otra dinámica, la de la gratuidad. En la catequesis, en el trabajo de grupos y en la celebración, lo pudimos ver con claridad, cuando el grupo Cielo Nuevo nos pidió salir a la calle para abrazarnos en un abrazo multitudinario. Y como novedad este año, seis jóvenes, con delantal incorporado, nos lavaron las manos a todos, intruduciéndonos en el Misterio Pascual. Por la noche, otra novedad, la Cena Judía, con su lechazo, sus hierbas amargas, su haroset... en fin, un lujo de celebración, cantada, comida, brindada con buen vino... y una peli, "Un Dios prohibido" que nos devolvió nuevamente al a óptica de la gratuidad.

El viernes, mientras en la parroquia se hacía el Viacrucis popular con la imagen del Nazareno, los jóvenes fueron a San Juan de Dios donde vivieron un Viacrucis lleno de esperanza y admiración hacia el gesto de Jesús. El dolor ajeno, más allá de la compasión y de la pena, debe despertar en nosotros admiración, generosidad y sobre todo no querer ver los ahogados desde la orilla, sino nadar a por ellos. Gracias mil a Lourdes y a los chavales de San Juan de Dios que nos hicieron vibrar con sus historias. La Hora de la Misericordia y la Celebración de la Pasión y Muerte del Señor, nos hicieron sentir también admiración y agradecimiento, no podía ser de otra manera. Y por la noche, sentir lo que significa estar atados, ligados, unidos...

El sábado, fue el día perfecto, soleado y amable, para esperar la resurrección. Fuimos a la visita teatralizada al Castillo de Cuéllar y a rezar y comer al Santuario del Henar. Una mañana preciosa que queda grabada en el recuerdo de todos, por lo que significo para nuestra amistad. Y por la tarde, comenzaba el ensayo de cantos, los preparativos para la Vigilia, los testimonios bautismales (Patricia) y otras actividades propias, amenzados por un denso nubarrón, que descargó, nos dejó encender el fuego y suavizó el calor de la Pascua. La Vigilia, una hermosa fiesta, donde apareció con fuerza lo nuevo. ¿Qué quieres que ha nuevo en ti? Y  una vez más se obró el milagro de la Pascua, el cambio de actitudes y de corazones, los buenos deseos, las lágrimas trenzadas con las manos... Una fiesta que merece la pena recordar, en la cual tuvimos presente al mismo Dios, creando, poniendo elementos en la creación... a la serpiente, la zarza ardiendo y un montón de símbolos más. Continuó la fiesta con la Década Prodigiosa y un estupendo chocolate preparado por nuestras Hermanas Carmelitas. Muchas gracias.

El domingo, también nos dejó el tiempo hacer la procesión del Encuentro en la Plaza Mayor, con palomas, repique de campanas, fiesta, y seis niños que fueron bautizados en la misa solemne de la Pascua. Los cantos, las sonrisas, los gestos... todo anunciaba Pascua y Resurrección.

Al colgar las fotos y recordar lo que ha significado la Pascua de Jesús este año, la amistad que entre nosotros ha surgido, lo bien que nos lo hemos pasado, nos acordamos de Arantza Requena Pelaz, amiga y pascuera de otro tiempo, que nos dejaba ayer por la tarde para entrar en la Pascua eterna. Desde el cielo Arantza vas a ver las fotos qué bonitas, con el mismo cariño que leías la revista y todo lo pavoniano. Descasa en paz, amiga.