Desde la plaza de la Cruz, solemne procesión de Ramos en La Cistérniga

Es en la Cistérniga conocido el parque del Burrito Platero, donde hay una hermosa escultura que recuerda a este simpático animal. A eso de las 12, Bea y Felipe, han ido a cazar a uno de verdad, en casa de Santiago, que no Fulano, como dice el Evangelio. El animal estaba aderezado con sus mejores galas, cascabeles, lazos... en fin, hecho un primor. Pero al llegar al parque del Castillejo y ver tanto niño y tanta gente, ha comenzado a rebuznar cosa mala. Ha habido que suspender el gesto que recordaba a los niños y a la gente extendiendo sus mantos para que pasara Jesús, por miedo a que la burra se asustara. Lo de la mansedumbre del animal, sería en el Evangelio, porque ni los niños de La Cistérniga, ni la burra, se parecían en absoluto a los niños hebreos y a la burra del Evangelio. La procesión, un poco anárquica, pero bien, los niños preciosos, los ramos de olivo y laurel ondeando por doquier, y latigazos a los santos y a las paredes de la Iglesia, que una vez más  a sobrevivido a la entrada triunfal del Señor en Jerusalen. Todo un acontecimiento que revivimos cada año, como si en ello nos fuera la vida. Monaguillos, palmeros, romeros, padres, catequistas, coro, y hasta las hermanas Concepcionistas que nos han cortado los ramos de laurel... han hecho una vez más lo posible para revivir este pórtico de la Semana Santa, y esta vez con burra incoroporada.