Sábados con Pavoni en nuestra parroquia de Vicálvaro

Empezábamos la tarde, como todos los sábados, con una pequeña oración. Esta vez tocaba aprender la lección más importante. El Maestro, Jesús de Nazaret, a través de su milagro de los panes y los peces (nosotros los convertimos en hamburguesas) nos hacía ver cómo debemos repartir equitativamente nuestras cosas... El problema de la pobreza, del hambre, de las injusticias que hay en el mundo se debe a una mala repartición de la dichosa tarta (los niños lo comprendían a través de una tarta de chuches)... ¿La solución? Nos la daba un niño; el niño que con sus cinco panes y sus dos peces provocó en el Maestro el milagro... ¡Cuántos milagros podíamos contemplar si todos actuáramos como el niño del Evangelio! ¿La lección más importante? Muy sencilla: compartir lo poco o lo mucho que tenemos, lo poco o lo mucho que somos...

Y qué mejor forma de ponerlo en práctica que a través del juego. Vero y su caja chiflada llena de juegos, de sorpresas, de sonrisas, de amigos... La danza de la escoba, Don Quijote y Sancho Panza, Atrapa asiento, La manada, Ciegos y cojos, Carrera al estallido... Un montón de juegos para compartir nuestra amistad, nuestro tiempo, nuestras ganas de hacer la vida un poquito más agradable a los otros...