Despedimos al padre Carlos que es destinado a la Comunidad de San Sebastián

Querido Carlos

Hay noticias que son información, otras que son opinión y otras que son imposible clasificar en un determinado género periodístico... Esta es una de las útimas... Recoger el sentir de personas que sienten, que sentimos tu marcha, es complejo, porque los sentimientos no se pueden plasmar en un papel; los sentimientos se viven y se van acumulando en el corazón. Decimos que un corazón con buenos sentimientos es sinónimo de felicidad... Y eso es lo que nosotros, gracias a ti, somos, un poquito más felices...

La comunidad nos podíamos quedar con muchas cosas (tu trabajo en Proyecto Hombre, tu trabajo en la casa, tus cargos de superior, de administrador, de... ). Los jóvenes nos podiamos quedar con otras tantas cosas (tus reuniones, tus charlas, tus Pascuas, tus campamentos, tus clases de guitarra, tus convivencias, tus...). Sin embargo si nos quedáramos solamente con eso no hubiéramos aprendido nada de lo que tú durante estos años nos has querido transmitir...

Por eso queremos agradecerte el SER, el haber sido para cada uno de nosotros, hermano, amigo, maestro, confidente... Los jóvenes hemos de decirte que no entendemos tu marcha y a algunos frailes nos cuesta mucho... Cuando te hemos preguntado qué ibas a hacer en Donosti nos has dicho que ibas a hacer comunidad... Qué suerte para nuestros hermanos del Norte y qué lujo para los chicos que allí viven... Os pedimos que le tratéis bien y que "nos le dejéis" de vez en cuando. Los jóvenes, Carlos, queremos que sigas formando parte de nuestro grupo, de tu grupo. Te queremos ver en la Pascua, en las convivencias, en el campamento... Ah, y no te lo pedimos por gusto o "por quedar bien." Te lo pedimos, y tú lo sabes, porque te necesitamos...

Querido Carlos, te deseamos todo lo mejor en tu nueva etapa y, como decía hoy Vero, no es un adiós, es un hasta luego...

Carlos... ¡Muchas gracias por todo, te queremos!