El grupo de niños y jóvenes de Vicálvaro... ¡no se pierden una!

En el día que recordamos la pérdida, ya hace un año, de nuestro querido hermano Rafa, qué mejor forma de  tenerle presente en nuestros corazones que pasando una jornada de amistad, de convivencia, de fe...

Y aunque tocaba madrugar para coger el metro y llegar a la parroquia del Sagrado Corazón, han sido más de treinta niños, los que, acompañados del grupo juvenil y de los catequistas hemos participado en el encuentro diocesano de niños que ha organizado la delegación de misiones...

Comenzábamos con la celebración de la eucaristía recordando cómo todos somos misioneros y haciendo hincapié en el lema de este año: "Los niños ayudan a los niños." Tras un breve tiempo de descanso, entrábamos otra vez en la iglesia para presentarnos y, como ya va siendo habitual, "para dar la nota." Pero no porque nuestros chicos sean malos, no, no, ni mucho menos... Es porque, a pesar de la cantidad de grupos que hoy estábamos celebrando la Infancia Misionera, los nuestros, eran mayoría... Y eso es de agradecer; a Dios en primer lugar, a los niños, a los catequistas, al grupo de jóvenes, a la comunidad pavoniana...

Tras escuchar el testimonio de un misionero y el visionado del documental de este año... en una improvisada reunión decidimos cambiar de aires, que no de espíritu (es un lujo trabajar con jóvenes, animadores, catequistas... que en lo esencial pensamos y apostamos por lo mismo) y fuimos a comer al parque Berlín...

La tarde la dedicamos a jugar, a convivir, a disfrutar, regresando al anochecer con el cansancio de un día intenso y la ilusión de haber pasado un día muy bonito...

Pd: Irene, deseamos que "tu herida de guerra" sane lo antes posible... Ah, y no te hagas la dura: o la herida te la hacías tú o se la hacía la niña... ¡Gracias!