Porque lo importante es invisible a los ojos... Cinco días con mucho corazón

GRACIAS... Es la palabra que mejor resume los cinco días que los niños y niñas de Vicálvaro, de nuestra parroquia Santísimo Cristo de la Guía y San Juan de Sahagún, hemos pasado en nuestro cole de Valladolid...

Gracias a Dios por hacer posible esta magnífica aventura, este sueño hecho realidad para los 65 niños y niñas que han participado (la verdad es que el corazón te da un vuelco cuando escuchas de una niña que está siendo el verano más feliz de su vida).

Gracias a los monitores. El tiempo que perdiste con tu rosa, hace que tu rosa sea importante... ¡Felicidades! Lo habéis conseguido.

Gracias a los animadores. A Vero, Alber y Diana... Por creer en el Principito, por hacer posible este campamento, por llegar y tocar el corazón de los niños y los jóvenes...

Gracias, Fernando por haber preparado con tanto cariño cada uno de los juegos, y sobre todo por el ejemplo de ilusión y de amor que nos has regalado.

Gracias a Ricardo, a Toñi, a los papás que nos han acompañado (sin vuestro trabajo, desde la cocina o desde la limpieza, desde el botiquín o desde las noches velando los sueños de los niños, no hubiera sido posible este campamento).

El Principito invisible, el buzón del Principito (actividad, sin ninguna duda, estrella de este campa), dinámicas del Principito, excursiones a Valladolid, al Valle de los seis sentidos, a Salamanca, piscina, campeonato, veladas, mundialito, concursos, talleres... Muchas actividades y mucha ilusión puesta en cada una de ellas... Pero como nos sigue repitiendo el Principito, más importante que cada una de las cosas que hemos hecho, mucho más importante, está el corazón y lo que surge de él: amistad, generosidad, cariño, perdón, creatividad, esfuerzo... y tantos valores como hemos podido aprender durante estos días...

Gracias, Señor, por este campamento, gracias, Señor, por cada uno de los niños que han participado... Cada uno de ellos es tu rosa preferida.

Nada más; recordad una vez más; en las noches estrelladas de Vicálvaro o de Albacete, de Zaragoza o de Cáceres, de cualquier lugar en el que os encontréis, mirad al cielo y recordad los días que hemos pasado juntos... En cada estrella hay un amigo y en todas ellas está EL PRINCIPITO que nunca falla: JESÚS DE NAZARET.