Con mal tiempo, buena cara y muchos amigos

El tiempo no acompañaba, como en casi todo el mes de mayo, pero llegamos muchos puntuales a la cita que teníamos: la fiesta de nuestro beato p. Pavoni. Este año nos juntamos en torno a cien personas: desde nuestros chavales a los otros que han pasado por la casa y siguen haciendo su camino fuera de aquí; desde los vecinos y conocidos hasta la gente de las dos parroquias donde hacemos nuestra pastoral, Nuestra Señora de Aránzazu y María Reina. Pasamos un par de horas de auténtica fiesta, en las que vibramos todos con los recuerdos entrañables  y con un auténtico espíritu pavoniano.

La eucaristía estuvo muy participada y en ella pudimos rememorar la figura de nuestra Fundador, como hombre de fe y servidor de los jóvenes más desfavorecidos. Todos participamos, sintiéndonos una auténtica familia y tomando la antorcha que Pavoni nos pasaba, con el fin de seguir en la brecha y crear un estilo nuevo de familia que humanice a nuestro mundo.

Aunque tuvimos que capear temporales, por el día tan lluvioso e inestable que estaba, sin embargo, nos fue posible pasar a nuestro local en Villa Uri-gain y allí degustar y compartir un festín preparado por el equipo de cocinera, pavonianos, educadoras y chavales, y también con regalos de nuestros visitantes. Los manjares, el trato afable y cercano de todos, la amistad que nos une y la alegría profunda, fueron las notas de ese momento y el compromiso de volver a repetirlo cada año. ¡Que el año que viene no falte nadie de los que estábamos, y, a ser posible, traigamos todos algún amigo que se deje entusiasmar por este hombre excepcional, Pavoni!