Desde la parroquia Santísimo Cristo de la Guía y San Juan de Sahagún

Los días 3, 4 y 5 de mayo el grupo de catequistas de la parroquia Santísimo Cristo de la Guía y San Juan de Sahagún, nos dirigimos a Cáceres para hacer la convivencia de final de curso. Los objetivos eran dos: evaluar el curso de catequesis que ya estamos concluyendo y conocer otra realidad pavoniana, los dos objetivos se  cumplieron con creces.

Al ir nos paramos en el pueblo de una de las catequista, Casas de Miravete, nos acogieron fenomenal y Agustina nos invitó a un buen café acompañado por unos dulces típicos

Pudimos evaluar tranquilamente y conocer de cerca el grupo de Familia Pavoniana, así como disfrutar de la belleza de esta ciudad extremeña.

Fuimos acogidos en la casa de la comunidad, donde nos preparaban los desayunos, las comidas y las cenas. En esta casa dormíamos algunos. Las catequistas estuvieron acogidas en la casa de Juani Muriel, sea en la una como en la otra nos sentimos como en casa, se ve que la familia siempre es la familia.

Pudimos disfrutar de las explicaciones de Cáceres que nos dio María Pacheco a la mayoría del grupo, las que no podían andar tuvieron como guía y chofer al amable y simpático José Antonio. Tuvimos la suerte de que la Virgen de la Montaña estaba en la con catedral de Santa María y pudimos apreciar la cantidad de gente que hacía cola para poder verla y besar su manto a ellos nos unimos también nosotros.

Participamos en la Eucaristía de la ermita del Vaquero, muy participada y preparada, en ella apreciamos como los más peques alaban y rezan al Señor y a la Virgen María.

La Comunidad y algunos laicos nos explicaron la labor que hacen con los niños, los jóvenes y los pobres más necesitados de esa ciudad, fue conmovedor.

El domingo nos trasladamos a Guadalupe a visitar el Monasterio y a la Virgen, participamos en la Eucaristía y subimos al camarín de la Virgen. ¡Qué maravilla de sitio y cuanta gente lo visita! Aquí compramos productos típicos extremeños y disfrutamos del paisaje tan esplendido.

Sólo nos queda agradecer a Dios por esta oportunidad. Dar gracias a la Comunidad y a los laicos  de Cáceres por haber podido compartir estos días con ellos, por haber tenido la oportunidad de rezar con ellos, de conocerlos mejor y de apreciar el espíritu de familia tan característico de la Familia Pavoniana. Esperamos que pronto nos devuelvan la visita. GRACIAS