Voluntarios de Bogotá evaluan y planean su actividad.

“Vive inflamado de amor a Dios, unido a los demás con estrechos vínculos de caridad” (Beato Ludovico Pavoni)

 Los días 11 y 12 de febrero, los miembros de la Fundación Ludovico Pavoni (P. Gregorio, René, Gloria, Bárbara, Inés, Rosalba, Andrea, Mónica, Carmen, Alejandra y Karencita, la más pequeña del grupo), realizamos una convivencia con el fin de evaluar el trabajo del año 2011, y planear las directrices  que nos guiarán en el 2012. Esta vez, nuestro destino fue Villavicencio; pues deseábamos visitar la comunidad de esa ciudad, y además esperábamos disfrutar de unos días de calor.

El 11 llegamos en horas de la tarde a la casa pavoniana de villavo; donde el hno. Jesús (Chuca), nos estaba esperando; mientras descansábamos un poco del viaje, el hno. Jesús, nos llevó a recorrer la casa, el Centro Juvenil y la Parroquia; pues había varios del grupo que iban por primera vez.

Luego del tour, nos reunimos en casa para dialogar acerca de los temas propuestos para nuestra convivencia; el trabajo se centró inicialmente en los logros personales y profesionales de cada uno de los miembros de la Fundación; y cómo dichos logros aportan al crecimiento del grupo, pues nos permite llegar a las personas de una manera más humana y con mayor eficacia. La integración del grupo y la consolidación de las relaciones interpersonales.

De igual forma se realizaron propuestas para fortalecer el trabajo de la fundación la distribución de tareas y la especialización en sectores (salud, educación, integración social, etc) cómo buscar apoyos institucionales y gubernamentales para responder a las necesidades específicas.

Se resaltó la labor que se ha hecho hasta el momento considerando los casos de varios jóvenes que han logrado culminar sus estudios universitarios gracias al apoyo de la fundación, así como de diferentes personas y familias que han sido acompañadas en su proceso de superación.

También hicimos un análisis general de los casos que hemos atendido en los últimos tiempos, y de qué manera debemos poner nuestros conocimientos y los recursos públicos al servicio de los beneficiarios de la Fundación.

El diálogo e intercambio de ideas, nos permitió reconocer que la realidad de nuestra sociedad va siendo transformada por la acción vivificante, por ese trabajo real, claro y siempre guiado por el Espíritu fundante. La fundación hace a  los que están cerca recordar que “…La caridad está siempre en movimiento: sabe llegar a todos de alguna manera…” (Beato Ludovico Pavoni)

En la noche, después de compartir la cena junto con la comunidad de Villavicencio, nos dividimos en los cuartos para descansar; algunos durmieron en cómodas camitas, otros en colchonetas comunes, otros en colchones inflables y hubo quien al paso de la noche se le desinfló la colchoneta, y terminó durmiendo en el piso.

El domingo 12 después de disfrutar de un rico desayuno y de unirnos en la oración de Laudes, nos convertimos en la Fundación de los viajeros; junto con los Novicios, partimos rumbo a un pueblo llamado Puerto López; específicamente, a un lugar conocido como el Obelisco u ombligo de Colombia; allí un guía nos explicó que Colombia había sido dividida en 4, y que justo la mitad se encontraba en ese lugar; por eso recibía el nombre de ombligo; luego nos contaba un poco acerca de las costumbres y de la cultura de nuestro País en cada uno de los puntos cardinales en que nos ubicábamos.

De allí nos dirigimos al centro del pueblo, donde buscamos un lugar para almorzar; algunos, sancocho, otros, fríjoles. Terminamos nuestra estadía en los Llanos Colombianos en un balneario de agua natural donde nos refrescamos y nos relajamos dejándonos llevar por las suaves corrientes del agua. Regresamos a la casa de la comunidad de Villavicencio, para retomar nuestro viaje a Bogotá.

Este retorno fue bastante tranquilo; vinimos con muchos deseos de trabajar con y por nuestra Fundación Ludovico Pavoni; esperamos algún día repetir una experiencia tan maravillosa como esta.

Cabe añadir que todos le debemos a P. Gregorio, que, como líder de nuestro grupo, se convierte en el papá de todos… en fin, realmente nos muestra que con pequeños detalles puede hacernos sentir como parte de una familia y de una vocación, permitiendo que cada uno se sienta importante y participe de un grupo.

 Fundación Ludovico Pavoni