Crónica de nuestra participación en el Encuentro Europeo de Taizé

El pasado 27 de diciembre, salíamos en avión desde Madrid rumbo Berlín con escala en Poznan. Íbamos a participar en el 34 Encuentro Europeo organizado por la Comunidad de Taizé en esa peregrinación de confianza por toda la tierra. A la llegada nos estaban esperando los señores Pirogowiczh y Maciej, siempre tan atentos y disponibles, y nos alojaron esa noche hasta que al día siguiente cogimos el tren que nos llevaría a Berlín. Tardamos dos horas en llegar a esta hermosa ciudad, pero no nos creíamos que estuviéramos allí. Desde la estación fuimos directamente a Messegelände, que era el lugar donde íbamos a tener el Encuentro. Allí nos encontramos con otros 30.000 jóvenes especialmente venidos de diferentes lugares de Europa. Nos fueron distribuyendo por parroquias y casas de acogida, y a nosotros nos tocó en la parroquia protestante de Eichendorff Grundschule, las chicas en una casa y nosotros en un pabellón que había frente a la parroquia.

Los días fueron discurriendo entre las oraciones y reuniones de grupos, tanto en las parroquias de acogida como en el Messegelände, hasta el último día del año, que tuvo lugar la  Fiesta de las Naciones consistió en una oración por todos los pueblos que sufren, y en una fiesta en que compartimos la alegría de estar juntos. La fiesta se prolongó hasta las 3 de la mañana.        

El domingo, día primero del año, las parroquias acogieron a los jóvenes para la celebración dominical, y a mediodía comimos con las familias que nos acogieron.

Como nuestro avió todavía salía dos días más tarde, tuvimos ocasión de visitar esta preciosa ciudad de Berlín, sus calles y monumentos más importantes, especialmente el lugar donde estuvo el famoso Muro de Berlín y la Brandenburger Tor, el lugar más emblemático de esta ciudad. Nos sumamos también a la ruta turística Free Tour, dando un hermoso paseo por Berlín con un experto guía. Esos días pasamos un poco de hambre, pero sobrevivimos y disfrutamos enormemente hablando inglés con los alemanes.

Nos despedimos con la sensación de haber vivido una experiencia única, con las palabras del hno. Alois en la mente: “Hay un amor que nos sobrepasa, que está más allá de nosotros”. No tengamos miedo. Desde estos encuentros creemos que la experiencia de comunión y de confianza allí vivida, puede extenderse a todo el mundo. Que es posible un mundo sin muros ni barreras. Quedamos todos emplazados para el próximo Encuentro Europeo que tendrá lugar en la Nochevieja del 2012 esta vez en Roma.