Encuentro anual de la Familia Pavoniana de Bogotá y Villavicencio.

MISIÓN EDUCATIVA PAVONIANA:

“PONGAMOS EN LOS JÓVENES LAS MAS HERMOSAS ESPERANZAS”

Familia Pavoniana de Bogotá

El Pasado 14 de noviembre, tuvo lugar el encuentro anual de la Familia Pavoniana de las comunidades de Bogotá y Villavicencio; éste se realizó en Puente Quetame, un pequeño pueblo que está entre estas dos ciudades, rodeado por hermosas montañas.

Los miembros de la FP de Bogotá, nos reunimos a las 7 am en la Parroquia, llenos de mucho ánimo y emoción por nuestro encuentro; tomamos el bus rumbo a Puente Quetame; y durante el camino, estuvimos en un ambiente de mucha alegría; cantando y riendo. Al llegar al pueblo, ya la comunidad de Villavicencio nos estaba esperando; allí nos reunimos y nos saludamos, mientras aprovechamos para tomarnos algunas fotos con nuestros amigos, y disfrutar de  un rico chocolate con pan y queso.

Después del caluroso saludo y el momento de integración, nos reunimos en la parroquia del pueblo para dar inicio a las actividades organizadas para ese día. Comenzamos con una oración que nos recordaba que somos una familia en el Señor; y seguros que poniendo nuestra confianza en Él, todo saldrá bien. Finalizada la oración, Jonathan el animador de la FP de Bogotá, nos recordó que el tema propuesto para ese día era “La Misión Educativa Pavoniana”; y distribuyó el trabajo a realizar por núcleos, de la siguiente manera:

Los niños reflexionaron acerca de la “Dimensión Emotiva” que caracteriza el Método Educativo Pavoniano; los jóvenes, se centraron en el “Ambiente Educativo” que rodea la Misión Educativa Pavoniana; y los adultos trabajaron con respecto a “Los Objetivos” del Método Educativo Pavoniano; además, en todos los grupos, se meditó sobre las preguntas propuestas por el Superior General en la carta para el mes de noviembre, acerca de la “Certificación de calidad”: una mirada a la vida de fraternidad”. En cada grupo, el trabajo se hizo según las características de este; los niños realizaron juegos y dinámicas; los jóvenes, intercambiaron las diferentes experiencias que han tenido cerca de los Pavonianos; y los adultos establecieron un diálogo en torno al ser Educador Pavoniano.

Sobre el medio día, nos reunimos nuevamente en la Parroquia, para celebrar la Eucaristía; la cual fue presidida por el p. Agustín; quien en la homilía nos habló acerca de las diferentes formas en que el Señor nos llama a participar con él en su reino; a nosotros específicamente, en el carisma Pavoniano. Antes del ofertorio, un grupo de niños tanto de Villavicencio como de Bogotá, decidieron comprometerse en el carisma Pavoniano; y una joven de Bogotá, Jennifer León, hizo la promesa como asociada a la Familia Pavoniana; luego los niños de las dos comunidades, intercambiaron unas tarjetas como signo de fraternidad. Durante la mañana nos habíamos enterado que anteriormente, en un temblor ocurrido en el 2008, la parroquia se derrumbó; por esta razón, se encontraba en proceso de reconstrucción; así que las ofrendas recogidas ese día, fueron donadas a la parroquia como aporte a dicha reconstrucción; aunque como dijo el p. Gregorio, alcanzarían para unos cuantos ladrillos; sin embargo fueron el  producto de la unión de una familia… de la Familia Pavoniana. 

Después de haber participado en el Banquete de la Eucaristía, nos reunimos en una carpa ubicada en una plazoleta al frente de la parroquia, para almorzar; cada uno llevaba algo para compartir; así que lo pusimos en común en la mesa y algunas señoras junto con p. Gregorio, sirvieron el almuerzo para todos; a medida que terminábamos, los niños, jóvenes y algunos adultos, se unieron en un partido de fut bol en la plazoleta y otros decidieron caminar a los alrededores para conocer el pueblo.

Sobre las 2:30 de la tarde, nos encontramos para dar a conocer el trabajo realizado en la mañana. Los niños contaron que el amor y el afecto, son pilares importantes en la misión educativa pavoniana; los jóvenes a través de una dramatización en la que implicaron a adultos y niños, explicaron que siempre que hacemos algo, hay un niño o un joven que nos observa y que nos imita; razón por la cual todo lo que hacemos debe tener un porqué o para qué, para guiar a aquel que nos observa. Finalmente los adultos hicieron diferentes reflexiones acerca de la importancia de la oración, de la preparación y al igual que los jóvenes también expresaron la importancia de tener objetivos claros para acompañar a nuestros principales receptores; los niños y jóvenes en condición de vulnerabilidad. Teníamos la intención de ir a la piscina a las 3:30; pero una lluvia que no estaba en el itinerario, nos lo impidió; sin embargo, nos sirvió de excusa para compartir unos dulces, otro rico chocolate y conversar entre nosotros.

Alrededor de las 4:30, tomamos el bus de regreso; en el camino, el ambiente estaba impregnado de mucha alegría; unos cantaban, otros bailaban y otros jugaban. Llegamos a Bogotá a las 6 de la tarde, con la esperanza de poder participar en nuestro próximo encuentro con la comunidad de Villavicencio en noviembre del 2012.

Que el Señor bendiga nuestra querida familia, y nos fortalezca en el espíritu de Pavoni, para que cada día seamos mejores Educadores Pavonianos.

Lucy Alejandra Páez.