Hoy hemos comenzado una nueva presencia pavoniana en la parroquia de La Cistérniga (Valladolid)

Por todos es conocido este hermoso pueblo situado en la carretera de Soria, entre los cerros de San Cristobal y el Águila, tan sólo a 6 km. de Valladolid. Si duda es uno de los pueblos de la provincia con mayor incremento poblacional y demográfico. Para hacernos una idea, en estos últimos 30 años ha pasado de los 900 a los 90000 habitantes.

En la Iglesia de San Ildefonso, del s. XVII, a las 13,15 h. hemos celebrado la Eucaristía en la que se ha despedido al párroco Ángel Hurtado, y en la que hemos sido presentados a la comunidad parroquial. Nos acompañó en la emotiva celebración el arcipreste Jesús Villacé, así como Anselmo (anterior párroco con Ángel) y el p. Pescador de la Compañía de Jesús. La celebración ha sido una muestra de agradecimiento y de cariño hacia Ángel Hurtado, con la participación del hermoso coro parroquial así como de numerosos amigos y fieles. En ella nos hemos sentido queridos y acogidos.

Hace dos años, la comunidad pavoniana se puso a disposición de la archidiócesis de Valladolid, y finalmente en junio de este año nos comunicaron la posibilidad de trabajar en La Cistérniga. El nombramiento de los pp. Javier Ortega y José Antonio García como párroco y vicario, se produjo el pasado 1 de septiembre, y a partir de mañana empezaremos a ejercer como tales en este pueblo.

Para Ángel Hurtado, que ha sido párroco de este pueblo con Anselmo, tenemos palabras de agradecimiento por lo que nos está facilitando la inserción, el conocimiento y el trabajo pastoral. Se trata de un hombre muy popular y muy querido, conocido en toda la villa y presente en la vida de todos sus habitantes. Con la Junta Parroquial, han ido marcando en estos 32 años de ministerio un estilo particular, de iglesia pueblo de Dios, distinguiéndose por la cercanía, la amistad, la apertura y la corresponsabilidad. Como pavonianos asumimos este estilo, confiando que el espíritu de familia que caracteriza nuestro carisma, y el trabajo con los niños y jóvenes tan numerosos en este pueblo, nos abra también el corazón de los cirrienses, que así se llaman los habitantes de La Cistérniga.

Junto a la parroquia de San Ildefonso de  La Cistérniga, asumimos también las parroquias de Santa Cecilia en Villavaquerín y la Asunción de Ntra. Sra. en Villabáñez, pueblos donde ha estado trabajando el p. Fernando Marinas durante estos últimos tres años. Se trata de dos pequeños pueblos de 250 y 800 habitantes, situados cerca de la Cistérniga en el Valle del Jaramiel.

Pedimos a Dios, en esta memoria de los Ángeles Custodios, que acompañe nuestro camino, y que esta nueva presencia sea signo humilde del Reino, y oportunidad para niños y jóvenes. Confiamos en la protección de María Inmaculada, cuya imagen hemos visto venerada y querida en los tres templos, así como en la cercanía e intercesión de nuestro beato Fundador.