Un año más, organizado por el grupo de Cáritas Espíritu Santo de Albacete, ha tenido lugar el Campam

Ni más ni menos. Hasta las pirámides y el Nilo, y la época de los grandes faraones viajamos. No podía ser de otra manera porque los 43 niños se lo merecían después de todo el año pensando en el Campamento en Ayna. Y aunque seguimos repitiendo cada año, cada año el Campamento Intercultural tiene matices y notas diversas, y Ayna se convierte en un universo especial y mágico para niños y monitores, ni más ni menos que de 8 nacionalidades. La aventura empezó el 31 de julio, aunque días antes habíamos ido a limpiar y a preparar algunos adultos. Todos expectantes, con los ojos encendidos de curiosidad y con ganas de aventuras. Comenzamos el Campamento este año procediendo a la inhumación de seis momias, una por equipo, y hay que ver cómo quedó el patio y los chavales, con sus vendas, sus cremas, sus potingues… Así fueron transcurriendo los días dedicados al conocimiento del antiguo Egipto y los faraones más importantes. Un día lo dedicamos a conocer el pueblo buscando los dioses más importantes de Egipto por las calles de Ayna, otro día a reconocer y apreciar la diversidad, otro día exploramos el río Mundo, otro dedicado a la amistad… Y por las noches, veladas, juegos de misterio y de miedo, películas… Todo ello salpicado de valores y de enseñanzas importantes para la vida. Como para perderse la aventura estaban los chavales, aunque a decir verdad no se sabe a quién gusta más el Campamento, si a los pequeños o los monitores. Trece estupendos monitores que tan pronto se vestían de faraón como de momia, como hacían la danza del vientre para ocupar tiempo.

            Una de las actividades que más gusta siempre a los niños es la noche de misterio, que este año estuvo ambientada con psicofonías en un manicomio del antiguo Egipto, ideal de la muerte. Y también la búsqueda de la momia de Akenaton IV, por todas las calles de Ayna, hasta que la encontramos y la descuartizamos, llena de chucherías que hicieron las delicias de todos. Ya la víspera del último día, surgió en un buen número de participantes, la idea de prolongar el Campamento tres días más. Comida tenemos, decían, y juegos también, así que vamos a seguir en Ayna. Imposible porque a muchos nos esperaba la JMJ, pero intentando hacer posible ese sueño, después del juego de guarrearse titulado “La gran cloaca del Nilo”, les propusimos no bañarse en el río ni ducharse, así habían quedado. Pero ni uno solo se resistió, todos entraron de cabeza en el río y entendieron que el Campamento tenía que acabarse.

            Estupendos días que quedan en el recuerdo de todos los participantes como un regalo incomparable, días de convivencia, de juegos, de actividades…Así nos despedimos, citándonos para el comienzo de curso y para el campamento del próximo año. Nuevamente gracias a los monitores y a todos los que colaborasteis con tantos y tan importantes detalles, la financiación, la cartelería, los materiales, la comida… Desde Cáritas parroquial del Espíritu Santo y en nombre de los chavales os agradecemos tanta generosidad y tantos detalles.