Crónica del tradicional Viacrucis organizado por Alborada de Cáceres

El pasado sábado 26 de marzo miembros del Grupo Alborada y allegados/as participamos un vez más en el Vía Crucis que organiza anualmente la Comunidad Pavoniana de Cáceres.

Salimos a las 6:00 a.m. desde nuestra sede hacia el Santuario de la Virgen de la Montaña con la intención de llegar arriba a la salida del sol. A pesar de que la jornada anterior había sido algo lluviosa el tiempo nos respetó, no llovió y la temperatura fue agradable para la fecha y hora en la que se celebraba.

Con la penumbra de la mañana, en un clima de oración y recogimiento fuimos ascendiendo y recorriendo las quince estaciones, leyendo en cada una de ellas los textos correspondientes del Evangelio, una breve explicación de los mismos y una reflexión que trasladaba las lecturas a la realidad de nuestro tiempo, de nuestras vidas, de la esencia de la fe cristiana en un mundo como el de hoy en día.

Llevo unos diez u once años en el grupo estando presente en diversas actividades a lo largo de todo este tiempo, pero por diversas circunstancias no había participado nunca en el Vía Crucis. Para mí, los textos y las reflexiones, han supuesto, como en otras ocasiones en las reuniones formativas dominicales, una llamada de atención, una reubicación en lo que debe ser la autenticidad de nuestra fe, de mi fe con respecto a la cruz del hermano, a la justicia, la verdad y el amor, y la necesidad de pasar a la acción en nuestros ambientes al igual que Cristo lo hizo en la sociedad de su tiempo.

Como no podía ser de otra manera, tras llegar a la montaña y dar gracias a Dios por la mañana, bajamos de nuevo a la ciudad a tomar el ya tradicional chocolate con churros. Reconfortados “en el cuerpo y el espíritu”, nos despedimos hasta el próximo Vía Crucis.