P. Julián contagió su alegría y fue bien recibido en Colombia.

RECUERDOS DE UNA VISITA ENTRAÑABLE

 

P. Julián contagió su alegría y fue bien recibido en Colombia.

 

Siempre es grato recordar algunas escenas más allá de la lluvia… que siempre cae cuando un pavoniano camina entre los jóvenes más necesitados.

Fueron pocos días, pero muy bien empleados para compartir la vida que brota a borbotones en cada rincón de este hermoso país y empaparse de las actividades pavonianas de las comunidades tal vez más jóvenes de la Congregación: Bogotá y Villavicencio.

A pesar del miedo a las alturas y su llegada en la noche valió la pena el aterrizaje en Bogotá ese día 15 de Febrero, la comitiva de bienvenida le estaba esperando con el tradicional poncho colombiano de la fraternidad y no digamos nada de la serenata juvenil que le esperaba en la casa pavoniana con “tintico y panela”.

Una auténtica familia que gozó acompañando en todo momento a nuestro Hermano Mayor Consejero y apreciado visitante, hasta su despedida el 2 de Marzo más tranquila y serena para no herir sentimientos.

Colgamos en esta página algunas fotos expresivas de lo que fue esta fugaz y entrañable visita en espera de que vuelva con más tiempo.