De cómo es posible disfrutar enormemente de los amigos y de la vida

            La orquesta Mondragón hace unos años hablaba de “un desfile de sirenas”. No exactamente, pero algo parecido fue la mañana de la convivencia Saiano que tuvo lugar en Valladolid del 5-7 de noviembre. Después de la película “En busca de la felicidad”, el pertinente videoforum y la dichosa espera de los de Albacete, la mañana del sábado se convirtió en una pasarela que nada tenía que envidiar a Cibeles. Con un surtido muestrario de ropa, fuimos disfrazándonos como si fuéramos a una boda, a una playa, a clase, a una fiesta con los amigos… y es que “lo que más necesitas es lo que mejor te sienta”, como decía el lema de la convivencia. La alfuencia no estuvo mal, y los participantes, lo mejor de lo mejor, sin duda. Implicados, participativos, ilusionados, dispuestos a todo… prototipo de jóvenes Saiano que hasta cantaron en holandés (la lengua del país que nos acogerá en el fin de año), en inglés, en italiano y latín. Los cantos de Taizé y sobre todo la experiencia vivida el verano pasado en este pequeño pueblo de la Borgoña francesa, resonaron durante todo el fin de semana.

            Entre todos descubrimos que a veces, la publicidad, los medios, los amigos… nos van creando necesidades. Realmente necesitamos pocas cosas, pero esto se complica cuando nos dicen: con esto vas a estar mejor, vas a ligar más, vas a disfrutar… y entonces comenzamos a comprar y comprar, y a gastar, y a llenar el armario de cosas que muchas veces no nos ponemos. Nos dicen que “nos sienta bien” o mal, y nos lo creemos. De la mano de los disfraces entramos en el mundo de la publicidad y el marketing, y acabamos en el tema de las necesidades. ¿Qué necesitamos para ser felices? ¿Cuáles son nuestras necesidades más importantes? Entre esas necesidades descubrimos el sueño de Dios para nosotros, y como realmente lo que mejor nos sienta es lo que más necesitamos, referido no sólo a cosas materiales sino sobre todo a valores y cualidades.

            Por la tarde nos sorprendió una preciosa visita a Urueña, la Villa del Libro. A pesar de lo cortos que están siendo ya los días, aprovechamos a tope la tarde, para ver en primer lugar el Museo del Libro y la Escritura, en el centro E-Lea. Nada más entrar nos sorprendió la cita de Miguel Delibes que aparece a la entrada del centro, ya que resumía muy bien el tema que estábamos trabajando durante el día. Por su interés la reproducimos en la web: “La felicidad no consiste en ganar mucho dinero, sino en que la tarea que se hace se haga con gusto. El día que cada niño, al llegar a hombre, pueda ser aquello que desea y para lo que está dotado habremos conseguido un mundo feliz. El niño no perderá su alegría al transformarse en hombre, si ante el haz de oportunidades que se le ofrecen, acierta a elegir una buena, esto es, la adecuada a su manera de ser. Claro es que para poder acertar debéis informaros antes de lo que es una cosa y de lo que es otra cosa. Formar a los niños debe ser un sucesivo despertar de curiosidades que luego, a lo largo de la vida, se irán saciando con la lectura y la experiencia”.

            En esto centro E-Lea algunos escribieron como lo hacían los amanuenses de la Edad Media, con su pluma de buitre y todo; pudimos también ver una máquina de imprenta parecida a la que pudo usar Pavoni, ver los caracteres y los tipos en cajas de madera, ver algunos códices importantes… en una interesante visita. A la salida subimos a la muralla de Urueña, para ver desde allí la Tierra de Campos, con sus pueblos más importantes, un atardecer muy hermoso, y dejarnos llenar por la soledad y plenitud de esta tierra. No podía ser menos que algunos se perdieran en las librerías de Urueña antes de visitar la exposición Quintana de Campanas, donde Aurora nos deleitó con una explicación llena de pasión y de fuerza, en la que aprendimos a distinguir los esquilones de las romanas, por si alguno no sabía hacer esta distición.

            De vuelta al Colegio, después de una preciosa oración sobre la sed de felicidad que nos preparó Lola, nos dirigió la palabra el p. Fco. Javier García Mata, que estos días estaba visitando a su madre. El p. Mata nos habló de Filipinas y de la nueva fundación pavoniana, lo que está costando, el esfuerzo ímprobo por aprender los idiomas, recordándonos algo que decía Pavoni: “todo se puede con la ayuda de Dios”. La charla y el comentario a las fotografías sirvió a los presentes para abrirnos los ojos al inmenso mundo de Asia donde se está extendiendo el carisma pavoniano, y sobre todo a la importancia de la formación y del aprendizaje del inglés como llave para acceder a las diversas culturas.

            La noche, en fin, resultó un ir y venir de futbolistas y animadores, hasta las tantas, pero siendo gente joven y acostumbrada a este trasiego resistieron como jabatos, incluso todas las explicaciones matutinas acerca del Encuentro de Rotterdam en Nochevieja, la JMJ en agosto de 2011, dando ideas y participando de manera sorprendente, y es que hay cuerpos y cuerpos. Nos despedimos con la eucaristía y la comida, haciendo nuestra la expresión del conocido anuncio de Muchachada Nui “mae mía, mae mía, mae mía”, ya que fue mucha la pena al despedirnos, la alegría compartida, la buena gente encontrada, los ánimos y la ilusión. Gracias a todos los que una vez más, pusisteis todo de vuestra parte en lo que se refiere a talante, humor, fuerzas… Gracias porque entre todos descubrimos lo que necesitamos los unos de los otros y lo bien que nos sentamos. En Valladolid quedó encendida una lámpara azul, el color de María, dedicada a Pavoni, velando para un feliz regreso y para un pronto reencuentro en el Campo de Trabajo de Alcuéscar (Cáceres) o en Rotterdam comiendo uvas.