Nos llega la noticia de este hermoso festival para recaudar fondos y estimular la convivencia

El sábado 12 de Junio hemos celebrado, en nuestra parroquia de Villavicencio, el IV Festival Cultural, que como todos los anteriores ha tenido una doble finalidad: Integrar a la comunidad fomentando el sentido de pertenencia a nuestra parroquia y recaudar fondos para la construcción de nuestro Templo Parroquial.

Creo que hemos logrado ambos objetivos. La comunidad parroquial se ha volcado en lo referente a colaboración económica y los catequistas, niños, adultos y jóvenes de los distintos grupos parroquiales han dado todo lo mejor que tenían para que el almuerzo, el desfile y el Festival resultaran exitosos.

A las 5 de la mañana algunos ya estaban matando la novilla, que conseguimos gracias a la rifa de un pequeño refrigerador (el queque nos obsequió Jokin de San Sebastián) y a partir de las 6 ó 7 de la mañana las mujeres comenzaron a preparar el sancocho para acompañar a la rica Mamona (carne a la llanera). Otros estaban barriendo el polideportivo, trayendo mesas, sillas, la nevera, las cervezas, el equipo de sonido,… todo ofertado generosamente por personas de la comunidad. Algunos aprovecharon ese momento para ultimar la preparación de las carrozas y el hermano Alejandro montó un bazar con venta de bolsos y cinturones. El caso es que a las 2 p.m ya habíamos acabado de almorzar y todos nos dirigimos al final de la avenida donde iba a comenzar el desfile.

A las 3,20 p.m. salió el desfile, un poco demorados pero lo normal por estas latitudes. Como otros años desfilaban únicamente carrozas relativas al Llano, este año quisimos ampliar un poco nuestras metas y hemos logrado que desfilaran 8 carrozas representando a distintos departamentos de Colombia. El espectáculo de colores, canciones, bailes, vestidos, carrozas, nos da una idea de la variedad y riqueza cultural que tiene Colombia.

Después de recorrer la avenida principal de nuestra parroquia, acompañados por la banda musical del colegio JEGA, llegamos al polideportivo donde los distintos grupos fueron presentando las diversas actuaciones. Este año no hubo ganadores, pero todos los niños se llevaron un buen refrigerio gracias a Alpina que nos regaló los Bonjour, la panadería Dargipan que ofreció los roscones y el rico masato que ofertó la mamá de Alix. Además les dimos dulces y un gran aplauso porque se lo merecían de verdad.

A las 6 p.m. ya había terminado todo. Recogimos los materiales, dejamos limpito el polideportivo y con el corazón contento pero el cuerpo bastante débil, nos fuimos cada uno a nuestros hogares.

Todavía no sabemos cuánto hemos recaudado, pero yo pienso que vamos a pasar del millón de pesos. Pero sea lo que sea, creo que lo importante es que nuestra parroquia sigue viva y por ahora muy unida.

La sorpresa final nos la dio el domingo la señora a la que le tocó la rifa, pues de nuevo le regaló el refrigerador para la parroquia. Así que si Dios quiere lo volveremos a rifar en el Bingo, más o menos para octubre.