El pasado sábado 29 de mayo, se celebró en Cáceres la fiesta del Beato Pavoni

Esta fue la frase (junto con el cuadro donde el Pavoni aparece acogiendo a los jóvenes más pobres y necesitados), que presidió los actos de la fiesta que celebramos en honor al p. Pavoni el 29 de mayo.

Nos acompañó un día espléndido de sol y color, pues para la primera parte de esta celebración, nos reunimos todos (amigos, conocidos, familia pavoniana y religiosos) en el Centro Parroquial Ntra. Sra. de Guadalupe, rodeada con la primavera, de frondosos jardines llenos de plantas y flores.

Comenzamos en familia, con un encuentro de oración en la pequeña y acogedora capilla que nos prestó para la ocasión la parroquia. Comenzó la oración con un texto “sobre la generosidad”, extraído del Evangelio de Lucas 21, 1-4 (la viuda que da todo lo que tenía ...). A continuación repartidas por la capilla, se leyeron en voz alta unas frases con las que se pretendía mover nuestras conciencias, y que junto con el citado texto de Lucas  nos ayudara a reflexionar sobre nuestras actitudes de desprendimiento y que a ejemplo de la viuda y a imagen de Pavoni, fuésemos capaces de echar en el cesto de la vida, esas monedas que a veces tanto nos cuesta compartir como son las monedas del Perdón, de la Compañía, de la Tolerancia .... en definitiva del AMOR en mayúsculas. También para ello nos sirvió como reflexión un power point sobre la madre Teresa de Calcuta ejemplo vivo en nuestros días de entrega generosa y desinteresada de amor hacia los más necesitados.

En el reverso en blanco de unas monedas de papel, cada uno escribió el compromiso que estaba dispuesto a ofrecer a la sociedad de nuestro tiempo (siempre pensando en los más desvalidos de nuestro entorno). Estos compromisos se presentarían como ofrenda en la Eucaristía de la tarde.

Una vez concluido el encuentro de oración, nos reunimos en el salón parroquial donde el hno. Javier nos hizo una breve exposición de la vida del p. Pavoni y a continuación vimos un power point titulado “Una mano tendida” en el que podíamos ver cómo Pavoni supo tender una mano a los jóvenes más necesitados de su tiempo, cómo en el día de hoy, esa mano sigue tendida a través de las obras de sus seguidores y cómo el futuro nos espera expectante a continuar con esa mano tendida. También escuchamos testimonios muy emotivos del hno. Javier, Jennifer y Blanca (leído por Ana) de cómo el Pavoni sirviéndose de ciertas personas y también a través de su obra ha llegado a calar en sus vidas de tal modo que las ha cambiado para siempre.

Sobre las 14,00 h y en un plis plás convertimos el salón en un comedor y pusimos en común la comida, bebidas y ricos postres que cada uno había traído o preparado con mucho cariño para la ocasión.

No faltó en la sobremesa el tiempo lúdico con juegos, canciones y buen “rollo” en el  se demostró que nadie quiere perder ni a las canicas.

Por la tarde a las 19,30 nos volvíamos a reunir, esta vez en la ermita del Vaquero para terminar este día tan completo con la celebración de la Eucaristía presidida por el p. Rafa y muy bien acompañado por dos monaguillas expertas (Paquita y Jennifer).

Fue un día lleno de agradecimiento por el buen hacer y proceder de cada una de las personas participantes.