Breve crónica de la XVIII Asamblea de la Familia pavoniana Española en San Sebastián

Nunca había estado Villa Urigain tan animada y tan viva, tan llena de recuerdos y tan llena de futuro. Además del ritmo normal de la casa, que también tiene lo suyo, el pasado sábado 17 de abril esta casa, decana en nuestra Provincia, acogió la XVIII Asamblea de la Familia pavoniana Española, con motivo del 25 Aniversario de la presencia pavoniana. Hay que decir que a esta casa los pavonianos llegaron en 1962, y después de ser un punto estratégico para la expansión y fundación de otras comunidades, estuvo unos años cerrada. Las Bodas de Plata de esta casa, se refieren a la refundación y el trabajo en la acogida de jóvenes de Proyecto Hombre.

En este caso resulta difícil poner una cifra exacta para hablar del número de participantes. En la comida fuimos unos 80 en la Sociedad Gastronómica Ur-Zaleak y unos 35 en Villa Urigain, a los actos de la mañana unos 130, y en el momento álgido de la tarde, el acto folklórico, la mesa redonda y la eucaristía, calculamos que unas 170 personas. Fueron muchos los miembros asociados de la FPE de todos los núcleos de España, y un número muy grande de amigos, simpatizantes, vecinos, chavales que pasaron en otro tiempo por la Villa... los que quisieron acompañarnos en este día tan entrañable. Sin duda una jornada pare el recuerdo y la memoria agradecida.

Comenzó la celebración a las 10 h. en la parroquia de Sta. María Reina, aunque fueron muchos los que pernoctaron tanto en Villa Puio como en Irún, y cenaron en Villa Urigain II. En la víspera ya comenzábamos a sentir la grandeza de encontrarnos y darnos cuenta que nuestras vidas están entrelazas de muchas maneras. El sentimiento de familia, de cercanía, de alegría por encontrarnos comenzaba a hacernos vibrar. En la oración de la mañana recordamos que también nosotros, como los sirvientes, aportamos el agua. Sacad, llevad, llenad... La imagen del sirvientes obedientes a la palabra de Jesús, nos guió como rumor durante todo el día. En el salón de actos de esta querida parroquia, comenzaron las adhesiones, las menciones, las palabras cariñosas de acogida de Miguel Ángel, el Superior actual de Villa Urigain, las palabras cercanas del p. Lorenzo Agosti, nuestro Superior general... El p. Marcelo Rodríguez, Superior provincial nos invitó a mirar al pasado no con nostalgia, sino con agradecimiento, descubriendo la mano del Dios providente. Desde por la mañana, en las primeras intervenciones se empezó a decir una palabra que se repitió hasta la saciedad: familia. Villa Urigain, no ha sido una casa de acogida sin más, sino una familia en la cual cada uno ha hecho su camino en el más genuino estilo pavoniano y del Evangelio. José Manuel Baraibar, Félix Azurmendi y José Antonio Busto dieron algunos trazos sobre el pasado. La diócesis y la sociedad guipuzcoana os están eternamente agradecidas por hacer de vuestra vida una vida para los demás y de vuestra casa, una familia para quienes no la tienen. Después del café que con tanta delicadeza nos preparó Mikel y su equipo, dimos una mirada encarnada al presente. Mauro Mateos, Mikel Alfonso, Rafa Gurrutxaga y Roberto Arín, nos acercaron a ese presente que se prolonga, dando puntos de vista diferentes, como terapeutas, como chavales, como educadores...  Para todos los asistentes fueron palabras emotivas y emocionantes, que nos acercaron a esta experiencia de familia.

La comida, en la Sociedad Ur Zaleak, bien regada con sidra y vino de la tierra, las tapas, la merluza con cocochas y almejas, el cordero... y un trato sencillo y exquisito por parte de los miembros de la Sociedad. En el postre, la organización nos regaló un libro y el p. Manu una animación preciosa con acordeón. Podemos decir que en la comida, cada uno puso lo mejor de sí mismo, y así salió de bien.

Y auque nos costó por lo a gusto que estábamos en la Sociedad, tuvimos que reanudar la Asamblea para mirar juntos y con esperanza al futuro. Pero antes, el grupo de danzas Gero Azular y el coro Eskola Gurutiaga, nos deleitaron, en esas horas tan perras de la tarde, con hermosas danzas y canciones. El director del coro hizo posible que interviniéramos todos en alguna canción. Realmente hermoso el rato que pasamos después de comer. Ameno, entretenido, participado, y de gran calidad. A continuación en una mesa redonda, Ricardo Pinilla, Aitor Vicario y María Enciso, nos dijeron bien alto y bien claro, que Villa Urigain tiene futuro. Que merece la pena este trabajo. Aitor sugirió ampliar la casa para que a muchos llegue esta experiencia. Ricardo nos decía que para que haya futuro, tiene que haber recambio, y religiosos y laicos que sigan esta vocación.

            Terminamos la XVIII Asamblea de la FPE, como no podía ser de otra manera, con la Eucaristía que siempre es acción de gracias. Una acción de gracias que no cabía en la capilla del Caserío, que fue presidida por el p. Gildo Bandolini. El p. Gildo nos invitó a seguir siendo buenos samaritanos con estos jóvenes, con el corazón de Pavoni. Después de la foto de rigor, y la cena en Villa Urigain II, algunos valientes salieron andando a dar una vuelta por Donosti, siempre acogedora y siempre abierta. El Kursal nos sorprendió con su belleza en medio de la noche.

            Al día siguiente, aunque ya fuera de la Asamblea, celebramos la Eucaristía con los vecinos de El Caserío, presidida por el p. Ricardo, quien nos acercó la Palabra de Dios hasta hacerla nuestra. Acabamos este hermoso encuentro con una visita al Acuarium de San Sebastián, en la que además de los peces, congrios, lubinas y otras hierbas, escuchamos nuevamente a nuestro querido José Manuel Baraibar, esta vez dando voz a las palabras de don Vicente Zaragüeta Laffite, Presidente de la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa, que a través de José Manuel y de algunos miembros de la Fundación José Ignacio Tellechea, nos hicieron reflexión sobre la comprensión y la tolerancia.

            Gracias de corazón a todos los que hicisteis posible esta maravillosa Asamblea, a todos los que durante 25 años habéis dado y seguís dando vida al proyecto pavoniano. Que en el corazón de Pavoni y el corazón de Dios, encontréis sentido a todo lo que hacéis por esta noble causa. Que Dios, origen de todo bien, nos siga regalando vida y fuerzas para hacer de nuestra casa una verdadera familia.