LA MISIÓN ES UNA LABOR LLENA DE MUCHA RESPONSABILIDAD

SEMBRADORES DE ESPERANZA

La misión que Cristo nos encomendó como sus discípulos-misioneros exige mucha responsabilidad ya que la fe de una comunidad esta en nuestras manos para que se fortalezca y de fruto, teniendo en cuenta esto, salimos de Bogota para el departamento del Huila tres Misioneros Pavonianos: Andrés Mauricio, Camilo y Este servidor.

Todo se inclinaba por Neiva la capital, pero la Divina Providencia que se traía algo entre manos nos hizo ir un poco mas lejos: A un pueblo llamado Santa María, en el corregimiento de san Joaquín; desde el primer momento supimos que era una oportunidad de anunciar el Reino, compartir con la gente y de paso mostrar el carisma y la persona de Pavoni. Después de una larga espera en el terminal de Bogota y viajar de noche, llegamos de madrugada al pueblo, fuimos muy bien recibidos por el padre Alberto párroco de Santamaría, allí participamos en la Eucaristía  donde nos presento y nos hizo el envío, luego nos embarcarnos rumbo hacia san Joaquín.

La bienvenida fue muy sencilla pero acogedora, con ellos celebramos alrededor de las 2:00pm la procesión y la solemne eucaristía del Domingo Ramos. Al caer la tarde aprovechamos  para hablar con la gente y con los niños jugar futbol, les enseñamos algunos  cantos y además Camilo les hablo de nuestro carisma y nuestro fundador.

Los tres primeros días por las mañanas estaban dedicados a recordar los momentos centrales de la semana santa con los niños en donde cantamos, reflexionamos, jugamos y actuamos con ellos; cuando había tiempo visitábamos familias o llevaba la comunión algún enfermo; En la tarde visitábamos la parte rural y celebrábamos allí la Eucaristía, finalizábamos la jornada con las confesiones y la Eucaristía con la charla para adultos a las 7:00pm. También aprovechamos las celebraciones para animar vocacionalmente a niños y jóvenes.

El Miércoles participamos con la comunidad  en una peregrinación a la vereda el Cedral y en aquel lugar nos encontramos de nuevo con el Párroco y aproveche para hablar con la gente y confesar largamente como el cura de Ars.

Los días grandes los vivimos y lo celebramos de manera muy sencilla pero profunda, con una gran asistencia de la comunidad, con los niños se animó en las Eucaristías, El jueves Santo con ellos se hizo la representación de la Ultima Cena y el Viernes Santo se dramatizo el vía Crucis, guiados por  Camilo y Andrés Mauricio.

Al Marcharnos de allí se sintió la nostalgia en todos y la esperanza de que se repitiera esta experiencia, ya que nos marco la vida  y quiza no volveríamos a ser los mismos, pero de lo que podemos estar seguros es que pudimos ser testigos del resucitado como Pavonianos y esto represento pequeño paso pero significativo para nuestra expansión en Colombia, porque lo que vimos fue futuro y este ha tocado nuestra puerta.

Gracias Señor por esta experiencia que nos hace vivir como resucitados en la historia y por colocar gente maravillosa en nuestro camino ya que ellos son nuestro tesoro más precioso.