Todavía dentro de la Octava de la Pascua, para que nadie se enfade, las fotos de la Pascua 2010

Lejos de querer hacer propaganda a IKEA, con este hermoso mensaje quisimos vivir lo que significa la inclusión, esa convocatoria universal que Dios hace para sentarnos a una única mesa, para sentirnos hermanos, para celebrar juntos su Pascua... y precisamente en este año que estamos reflexionando sobre la comunidad unida a los laicos, quisimos recordar que la Pascua de Jesús es para todos, nos hace hermanos y nos hace iguales y nos lanza a compartir la misma misión, la del Reino, cada uno con sus peculiaridades y posibilidades, y con la vocación que ha recibido de Dios. Un año más, fue todo un acontecimiento, regado cómo no, con fuegos artificiales y tracas al más genuino estilo valenciano y con música latina y bailes de salón; un acontecimiento lleno de trabajo por parte de los animadores, lleno de ilusión por parte de todos, lleno de sonrisas y de vida. Nuestra casa de Valladolid que este año acogió este evento, se llenó de ruido, de carreras, de trasnochadores y de pascueros al fin y al cabo, que esperaban con ansia este momento.

Durante la mañana del Jueves Santo, y con una puntualidad inusitada, fueron llegando los 30 pascueros, de todas las edades y tamaños, con un predominio abundante de jóvenes, como es de ley. Saludos, emoción, alegría... y comenzamos a caber, en una cama, en un armario y en un sillón. Realmente lo hicimos bien y comprobamos que donde caben dos, con un poco de buena voluntad y un poco apretados, colgados, arrimados o pegados, cabemos tres y muchos más. Todos quedamos milagrosamente entrelazados por un ovillo de lana, diciéndonos que íbamos a correr la misma suerte durante esos días, la suerte de Jesús. Con un surtido maravilloso de camisetas, recibíamos también una invitación muy concreta a ser protagonistas de esta experiencia, a no quedarnos al margen... cada uno de nosotros revivimos un año más el drama de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. No fue lo de siempre, porque cada vez somos distintos y la Pascua de Jesús nos alcanza de diferentes maneras diferentes cada año. Nuevamente escuchamos las palabras de Jesús: sois mis amigos. Amigos a la hora de la cena y la mesa compartida; amigos en la cruz con tantas víctimas y tantos crucificados de nuestra historia. Una vez más, siguiendo esta invitación, volvimos a ser Pedro asustado o María herida, Juan fiel o Judas obcecado, Pilato desentendiéndose o Caifás rasgándose las vestiduaras; fuimos Cirineos y Verónicas... y como el Centurión confesamos al pie de la cruz que verdaderamente éste es el Hijo de Dios. Una vez más todos nos hicimos Cleofás, caminando hacia Emaús o Magdalena buscando en la mañana. Sin duda un acontecimiento de gracia y un don de Dios para nuestros jóvenes y para nuestra Provincia.

Lola, nos sorprendió este día del Amor Fraterno, lavando y enjabonando bien los trapos sucios de la moda, la prensa, el tiempo... con amor y con cariño, lavar los pies nos hace más personas y más inclusivos. Recordamos el mandamiento del Señor y recordamos su última Cena y la cena compartida. Por la noche, como no estábamos cansados ni nada, a ver las procesiones que durante estos días llenan la ciudad del Pisuerga. Toda la ciudad se convierte en una procesión andante.

El Viernes Santo, a buscar cruces, con inmigrantes, mujeres maltratadas, víctimas del terremoto de Haití, ancianos... y a pasear esas cruces por nuestras calles. Con paz, pero con indignación, sintiéndonos cómplices y crucificados. Desde estas líneas agradecemos tantas colaboraciones sencillas y tantas personas que hicisteis posible este “Víamundis”. Y la Pasión, nuevamente nos sorprendió dentro de la historia, con representaciones, con signos, sepulcro y cruz incluidos, ambientaciones... en fin, un derroche de creatividad. Fuimos a buscar la cruz al convento Jesús María de nuestras hermanas concepcionistas, danzamos y adoramos ese misterio que nos salva. Por la noche Mell Gibson nos volvió a interrogar sobre unos hechos de enorme actualidad.

El sábado cogimos la mochila y nos fuimos a hacer una ruta pascual en busca del agua, la palabra, la luz y el pan y vino. Todo a pedir de boca, el Canal de Castilla, San Juan de Baños, Venta, y San Isidro de Dueñas. Allí el santo hermano Rafael nos entregó la luz. Y por la tarde, nuevamente Cleofás, caminando, preguntando, sintiendo cómo se iba encendiendo el corazón... en un camino lleno de sorpresas. La Vigilia sin duda fue lo mejor. A pesar del cansancio aguantamos las 4 horas de Vigilia, cantando, celebrando, compartiendo y resucitando poco a poco. Al acabar la Vigilia, una pareja nos ayudó a mover el esqueleto con sabrosos bailes latinos y Wendy y sus chicas lo endulzaron con un rico chocolate colombiano.

            En todo el proceso de la Pascua, nos hemos sentido abrazados por un Dios amigo del hombre, que nos llama, que nos invita buscar sentido, que vacía nuestros sepulcros, que nos llama a la inclusión. Que la semilla que el Dios de la vida ha plantado en nuestros corazones, germine y de fruto. Gracias a todos los que hicisteis posible esta experiencia, desde las más diversas maneras, de tantas y tantas formas. Gracias religiosos y laicos, y sobre todo jóvenes porque sin vosotros, nada sería igual. Gracias, y nos vemos en la Marcha el próximo 15 de mayo. Os queremos.

¡Ah! y sobre las fotos... es imposible colgarlas todas (imposible de verdad) y además con las nuevas fuentes y la fuente Q sobre la vida nocturna de la Pascua. Los interesados podéis pedir el CD que seguro os sorprende... para que veais que incluso de noche sigue habiendo Pascua.