Bogotá y Villavicencio unidos en el Espíritu.

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN COLOMBIA

Bogotá y Villavicencio unidos en el Espíritu.

Del  lunes 18 al sábado 23 de Enero las dos comunidades pavonianas de Colombia nos hemos reunido en la Casa de Retiro San Pedro Claver  del norte de Bogotá para realizar nuestros Ejercicios Espirituales.

Tuvimos la suerte de contar con la presencia de 70 sacerdotes de la diócesis de Neiva y con su obispo, Monseñor Darío Molina, religioso franciscano, que nos acogieron y así pudimos participar con ellos tanto en las charlas como en las celebraciones litúrgicas. Monseñor Darío ya tiene 74 años, pero por  su ternura y tenacidad hemos intuido que es un  auténtico pastor.

Las charlas las impartía monseñor Francisco Javier Múnera, obispo de San Vicente del Caguan, antigua zona de distensión de las FARC que  en la actualidad sigue siendo una zona muy conflictiva.

Este joven obispo, religioso de la Consolata,  centró  sus charlas en la celebración del Año Sacerdotal, sin embargo, también los religiosos disfrutamos porque trató los temas de la fraternidad sacerdotal, la alianza a modo de consagración y compromiso con Cristo, el discipulado, dejarse hacer siervo-servidor, la participación en el sacerdocio de Jesucristo que implica revestirse de Cristo, el amor como entrega total, etc.

Personalmente me gustó mucho el comentario que hizo al camino espiritual de comunión, tomado de la Novo Millenio Inneunte de Juan Pablo II, donde nos invitaba a dar cuatro pasos, para favorecer la vida de comunión:

1.     Reconocer la luz de la Trinidad en los hermanos.

2.     Sentir al hermano como uno que me pertenece.

3.     Tratar de descubrir lo positivo del hermano como un regalo que Dios me hace.

4.     Dar espacio a la individualidad del hermano, llevando mutuamente la carga.

El viernes 22, por la tarde tuvimos una reunión intercomunitaria en la que expusimos la actualidad de las diversas actividades que estamos realizando en las dos comunidades pavonianas (principalmente la pastoral vocacional) y también pusimos en común los proyectos que tenemos pensado realizar durante este año 2010. Gracias a Dios, y a pesar de las dificultades, pensamos que el Señor sigue bendiciendo nuestra labor.

Ese mismo día, después de cenar, fuimos a dar un paseo y tomar un heladito como conclusión del Retiro y para celebrar los 65 años del p. Vittorio que justamente cumplía ese día.

 Quiera Dios que la paz interior que hemos experimentado en este Retiro Espiritual, nos fortalezca para emprender este nuevo año, con creatividad, sabiduría y bondad. Que nuestra Madre la Virgen Inmaculada nos ayude en nuestra misión.