Desde Bogotá nos llega una reflexión sobre el significado de renovar las promesas en esta fecha

Ya se acerca la fiesta de la Inmaculada Concepción, advocación de la Virgen a la que se acoge la Familia pavoniana. El 8 de diciembre, fecha en la cual se celebra su fiesta, es para nosotros laicos y religiosos Pavonianos,  un día importante que pide nuestra reflexión y entrega.

La Congregación Hijos de María Inmaculada (Pavonianos), está formada por hermanos laicos y hermanos sacerdotes, que consagran su vida a Dios en el servicio a los jóvenes pobres, conforme al estilo de vida y el espíritu del Fundador. ¿Qué significa para los laicos renovar nuestras promesas como laicos pavonianos?

El vivir como laico  pavoniano, implica en primer lugar, conocer el carisma de la Congregación; y colaborar con las diferentes actividades; esto me hace amigo y simpatizante de la comunidad. Sin embargo, cuando deseo ser miembro activo, el compromiso es mayor. No basta solo con conocer el carisma; es necesario identificarme con el. En realidad la vocación del laico pavoniano asociado, surge como una respuesta a la llamada de Dios. No se trata ya sólo de simpatía, sino de identidad y vocación.

Desde el llamado de Dios, yo decido si estoy dispuesta a comprometerme con la causa pavoniana: ayudar a los niños, niñas y jóvenes más necesitados, a través del método educativo que identifica a la Congregación; el cual nos invita a “estar atentos a la situación y demanda de los jóvenes, siempre teniendo como pilar el ejemplo por parte de los educadores y ayudar a actuar a los jóvenes más por amor que por temor; guiándolos por la manera de ser de Pavoni”.

Después de hacer la promesa, de aceptar el compromiso y la responsabilidad que implica ser laico Pavoniano, debo hacer presente el carisma del Fundador, en todas mis acciones; es decir, mi vida debe ser testimonio de servicio, entrega, sencillez, caridad, etc.

Invito a mis hermanos y hermanas pavonianos, a reflexionar acerca de lo que significa para cada uno de nosotros el ser un verdadero laico pavoniano; a preguntarme en mi interior: ¿conozco el carisma Pavoniano?, ¿me identifico con el carisma de la congregación? ¿estoy dispuesto a asumir el compromiso que conlleva ser laico Pavoniano? ¿siento todo esto como una llamada, como una vocación?. Esta reflexión e interiorización, me ayuda a ser consiente del gran paso que voy a dar el próximo  8 de diciembre; ya sea al hacer la promesa por primera vez, o al renovarla.

Por último, los invito a que  “¡Avancemos con coraje, siguiendo las huellas de nuestro Divino Maestro Jesús”, para ser “testigos de esperanza” para los jóvenes de hoy!