Nuestro Semillero Vocacional

SEMILLAS DE ESPERANZA

Nuestro Semillero Vocacional

La tarea vocacional es todo un arte muy exigente, por eso se necesita día a día de la Divina Providencia para responder  adecuadamente. Discernir y ayudar a discernir la vocación de nuestros jóvenes, constituye una de las variables fundamentales en el desarrollo de las tareas de la Pastoral Vocacional en Bogota, aunque no sea tan fácil por la realidad juvenil.

Según esto ¿Cómo responder al joven desde nuestro estilo de vida? ¿Qué caminos seguir para procurarle las herramientas necesarias para una elección madura? Pero ante todo ¿qué es lo que el joven necesita? ¿Qué es lo que el joven espera? ¿Cómo presentar la opción de nuestra congregación como un atractivo en el mundo de hoy?

Al tener en cuenta la realidad vocacional, este año ha sido un año lleno de sueños, esperanzas y desafíos, puesto que a pesar de todo se ha puesto el empeño y se ha logrado  crear el comité vocacional y  convocar un grupo de nueve a doce jóvenes, que se han ido acercando a nuestro seminario Pavoniano y cuyos nombres  son: Javier, Jhonatan, Andrés, David, Daniel, Sebastian, Alex, Camilo, Anderson, Miguel entre otros, sus edades oscilan entre los 14 a los 20 años.

Actualmente en Bogota este grupo se reúne animado por el P. Daniel  y el P. Gregorio para hacer experiencia en este semillero Vocacional los Domingos de 3:00 a 5:00 p.m., en donde se reflexiona sobre la vida y obra de Pavoni y se vive un momento de oración entorno al llamado vocacional para culminar en un rato de juego (“relajo”) y tomar un delicioso jugo o un café.

Los Jueves de 6:00 a 7:00 p.m. muy fraternalmente se celebra la Eucaristía vocacional, en ella se va haciendo el recorrido de las distintas vocaciones en la Biblia, que pretenden ayudar y acrecentar esa vivencia vocacional para seguir al Maestro desde el Carisma Pavoniano, don regalado por el Espíritu Santo a la Iglesia.

Esto es un pequeño paso para nosotros, pero un gran paso para la historia de la congregación en nuestro país, porque ellos son las semillas de esperanza de nuestra familia religiosa.

P. José Daniel Becerra