Del 8 a 14 de agosto, Campamento Intercultural en la Sierra del Segura

Algunas experiencias de la vida quedan profundamente grabadas en el recuerdo y en la memoria del corazón. La experiencia de la solidalridad y del compartir es una de ellas. Así ha quedado grabada la experiencia de este IIIº Campamento Intercultural de la parroquia Espíritu Santo, que ha tenido lugar en Ayna (Albalcete), en el corazón de la Sierra del Segura, del 8 al 14 de agosto. Desde muchos puntos de vista ha sido una "experiencia milagro", en primer lugar porque sólo nos han pasado cosas buenas, porque los 8 monitores y los 50 niños han disfrutado de lo lindo. Milagro, porque el Campamento ha sido gratuito para todos y se ha financiado con aportaciones individuales, de organismos públicos y de la propia parroquia. Milagro porque a pesar del cansancio y del trabajo que conlleva, hemos llegado hasta el final para "echar el resto". Milagro por la ingenuidad de los niños, por la presencia de Merlín y de Malandrín, milagro porque para los niños los cuentos siempre son realidad.

Este año quisimos dar formato "medieval" al campamento, así todas las actividades (Justas, Torneos, Mercados, juegos nocturnos, la presencia de Merlín, los maleficios diarios... hasta la botica) tenían este aspecto medieval. Decoramos el castillo de Ayna con pendones y escudos, y todas las habitaciones y salas con una ambientación medieval y una música que nos transpotaba a esa época. Dedicamos los diferentes días a la amistad, el agual, a tierra, la naturaleza, Jesús... y a la diversidad. No podía ser de otra manera ya que participaban en el Campamento niños de entre 6 y 12 años procedentes de República Dominicana, Ecuador, Brasil, Bolivia, Marruecos, El Sahara, Perú y España.

El río Mundo, los miradores de Ayna, el castillo de la Hiedra, la Iglesia, las piscinas, las calles de este pueblo en un precioso juego de callejeo... ofrecieron el entorno adecuado para esta aventura medieval. Los niños, fueron el otro ingrediente necesario, con su ingenuidad, con su miedo, su sonrisa, su inocencia... propiciaron esta aventura. Cáritas parroquial del Espíritu Santo, ofreció la cobertura necesaria, y todos quedamos con ganas de más días. El último día se organizó espontáneamente una comisión de 30 llorones que pedían a gritos más campamento, que no querían marcharse y que querían sufrir y vivir más aventuras en el Castillo.

En los animadores resonaba la frase de Jesús: "Era niño y cuidastéis de mi. Cada vez que hicistéis algo de esto a estos pequeños, a mi me lo hicistéis". Nos despedimos con la tranquilidad de un trabajo bien hecho, con tesón y empeño, de un trabajo por y para los demás.