Desde Filipinas nos llega una agradable nota del p. Mata y el reenvio a una web

Estos días estoy releyendo la pagina web de la Provincia española. Ya veo que las cosas van bien gracias al trabajo de los hermanos y a la capacidad de encajar las nuevas situaciones.

Os decía  en el ultimo informe, que estoy en Filipinas porque me he sentido llamado por Dios, por la Iglesia y por la Congregación a emprender esta nueva aventura, que ya dura casi dos años.

En mis oídos, en mi mente y en mi corazón sigue resonando la expresión "de comienzo en comienzo”. Hace tiempo, monseñor Jaime Pinilla, Vicario Episcopal de la Zona, nos recordó esa expresión, tomada de los santos Padres.

Hoy puedo decir que mi vida ha sido muchas veces un comenzar de nuevo. Claro que nunca es totalmente nuevo, ya que contamos con la experiencia vivida.

Siempre que cambio de ambiente o comunidad, experimento muchas sensaciones, a veces amenazantes. ¿Cómo me verán? ¿Qué sentirán? ¿Cómo me sentiré? ¿Seré capaz de adaptarme?   ¿Qué encontraré?

Estas y otras muchas preguntas me asaltan y provocan en mi una cierta inestabilidad. Pero una fuerza interior me arrastra a seguir adelante y a emprender nuevas aventuras.

La misión en Filipinas ha sido un paso más en mi vida, y creo que no será el último. Aquí me tocaba comenzar o renovar de nuevo mi deseo de seguir conformándome con Cristo, de extender el carisma y la pasión educativa de Ludovico Pavoni, de construir una nueva comunidad, de inculturarme en una situación tan diferente en todo, de trabajar por las vocaciones, de estar abierto a posibles trabajos pastorales y de buscar medios para subsistir.

Gracias a Dios, la Congregación ha estado muy pendiente de nuestras necesidades, y eso es fruto del trabajo de todos los hermanos. Pero pienso que poco a poco tendremos que procurarnos nuestro sustento a base de nuestro trabajo.

Durante estos dos años, he tenido toda clase de sensaciones, unas buenas y otras no tanto. Pero siempre me ha acompañado esa atmósfera de confianza que me envuelve y en la que me muevo.

El recuerdo y la comunicación con personas que me quieren bien han sido para mi también un apoyo muy grande. No es fácil encontrar personas con las que poder intimar, especialmente cuando no hablan nuestra propia lengua.

Actualmente la comunidad pavoniana de Filipinas se mantiene unida: tres religiosos y cuatro seminaristas. Vivimos en alquiler en una zona rica. La idea era buscar una casa cercana a los centros de estudio.

Colaboramos en la pastoral sacramental de la zona. El que menos hace soy yo, por la dificultad de las lenguas, especialmente el inglés. Pero la verdadera labor pastoral: catequesis, animación de grupos juveniles, asistencia a los más pobres, la realizan los seminaristas.

Mi labor aquí es mucho mas escondida y menos vistosa, aunque no menos dura ni menos importante. Prácticamente me dedico, a parte de a la comunidad  y a las vocaciones, a estudiar. Ya habrá tiempo para hacer otras cosas.

Para saber más detalles, siempre en inglés, os reemito a la dirección de la pagina Web de nuestra comunidad de Filipinas. Ha sido elaborada por los seminaristas, especialmente por Jonel. En la página encontraréis de todo un poco:  www.pavoniansphil.webs.com

Espero que todos disfrutéis de esas vacaciones merecidas.

Recibid todos un abrazo de vuestro hermano y amigo que os recuerda y os quiere.