Buen tiempo, buen rollo, buena compañía... así vivimos la VI Marcha

El día, expléndido. No podía ser mejor ese 16 de mayo de 2009, en la cercanía de la fiesta de Ludovico Pavoni y caminando con y hacia María, Ntra. Sra. de los Remedios venerada en Colmenar Viejo. A las 10,30 h. comenzaron a llegar los primeros. Quizá sea lo único que se puede reprochar a la VIª Marcha Pavoniana Juvenil, que entre unas cosas y otras, comenzamos tres cuartos de hora más tarde de lo prevista. Nadie se quejó, pero no queda bien tanta informalidad. Sabíamos que el día era para nosotros, que el tiempo era nuestro y la voluntad de vivirlo sin agobios era patente. Comenzamos en la ermita de San Fracisco. La sra. Pilar nos dejó encantada la llave y allí acomodamos al beato Ludovico Pavoni, que un año más se hacía caminante con nosotros a travé de su icono. En San Francisco rezamos y repartimos "europavos", la moneda acuñada expresamente para la VI Marcha. El lema que nos reunía: "Llévatelo todo", pedía una moneda propia, porque para llevárselo todo hace falta tener mucho dinero, aunque sea de mentira. Con la camisa lolailo y la consabida gorra, comenzamos a caminar; los de siempre y los nuevos; los últimos fichajes, los pequeños y los mayores... El día nos sonreía a través del sol.

Hicimos varias paradas en las cuales nos dimos cuenta de que estamos "llevados y traídos por todo", que todo nos tira. Allí en la arboleda, unos chiringuitos con complementos, moda, motos, móviles, gafas, ropa interior, colonias... en fin, todo lo que un joven puede desear y comprar. Allí fuimos invirtiendo los europavos, felices de poder gastar sin freno y sin medida. Alguno lo fundió todo en este primer golpe; otros preguntaban si iba a haber más chiringuitos por el camino, que dónde íbamos a comprar comida... Carlos, siempre preciso y puntual nos surtió de 'canapés' de jamón y zumos. Vamos que hambre no pasamos.

En otra parada, podíamos comprar malos rollos, comeduras de coco, rencores, enfados, depres, timidez... y un montón de cosas más muy baratas. A lado otro chirinquito donde se vendía a Dios, los amigos, la familia, el cariño, abrazos, buena música, buenos libros... A pesar de las ofertas que hacía el p. Fernando, los precios eran altísimos y era casi imposible comprar porque habíamos gastado el dinero en motos, ropa y móviles... Así son las cosas. Bonito fue el detalle de alguien que pegó en el icono de Pavoni las etiquetas de "dedicación" y "agallas". "No le habéis dado europavos a Pavoni", decía alguien. Sin duda él se lo llevó todo. Dentro y fuera, capaz de desprenderse de lo que no sirve, de lo que estorba, para caminar hacia los últimos. Toda una referencia de camino.

En la pradera de la Virgen de los Remedios, comimos y pasamos una hermosa sobremesa con chistes, canciones, siestas... Acabamos con la Eucaristía y la merienda. En la Eucaristía, que estuvo presidida por nuestro Superior provincial el p. Marcelo, dijimos qué nos queríamos llevar: las sonrisas, el ejemplo, el camino, la fuerza, el buen día... A veces nos equivocamos y nos llevamos en la mochila lo que no debemos. A veces acertamos. En este 16 de mayo, como Pavoni y como María, sin duda acertamos.

Acabamos sobre las 19 h. con pena por la despedida, contentos por haber pasado un día tan completo... y emplazándonos para el Maitía Pavoni del 24 al 31 de julio en San Sebastián.